Destacados intelectuales valoran vigencia de pensamiento martiano en Fidel

En este artículo: Abel Prieto, Atilio Borón, Cuba, Fidel Castro Ruz, Frei Betto, Ignacio Ramonet,José Martí, Katiuska Blanco

28 enero 2016 | 7

La continuidad del pensamiento martiano en Fidel Castro fue el tema de un panel moderado por Abel Prieto, asesor del Presidente, e integrado por algunos de los más cercanos interlocutores del líder de la Revolución Cubana: Katiuska Blanco, Ignacio Ramonet, Atilio Borón, Frei Betto y Federico Mayor.

El panel sesionó durante la II Conferencia Internacional Con Todos y para el Bien de Todos, con sede en el Palacio de Convenciones de La Habana.

Ramonet, destacado intelectual, director por muchos años de Le Monde Diplomatique, y autor del volumen Cien horas con Fidel, confesó ser fidelista desde su adolescencia. “Mientras mis contemporáneos tenían superhéroes como el Zorro, mi referencia era Fidel Castro”, contó.

“Cuando lo conocí en los años 70 me sorprendieron sus ideas a borbotones, sus explicaciones con argumentos que nunca antes había escuchado. Se trata de un estadista fascinante”, dijo antes de añadir que Fidel es de las figuras que han alcanzado la gloria de entrar vivo en la leyenda y la historia.

El destacado intelectual dio fe de que Fidel es “martiano en su comportamiento cotidiano, con modales y gestos de una cortesía de antaño, y un modo de vida de monje soldado”. Asimismo se refirió a lo preclaro de ambas figuras y las dotes de ambos como oradores.

Identificó como uno de los más fuertes vínculos la ética cristiana de Martí, su doctrina del humanismo. Durante la entrevista que se publicara en Cien horas con Fidel, recordó, el comandante se describe como “socialista, marxista, leninista, pero primero fui martiano”.

Katiuska Blanco, autora de varios libros sobre el líder de la Revolución Cubana, evocó las palabras de Fidel en el centenario de la caída del Apóstol en Dos Ríos, cuando dijo que los cubanos tenemos en Martí el bien de la justicia, la libertad y la independencia.

La investigadora y periodista comentó la raíz martiana del antiimperialismo de Fidel.

El politólogo argentino Atilio Borón habló del enfrentamiento de las dos Américas, y lo vigente del análisis de José Martí. Se refirió a cómo Fidel retoma el pensamiento martiano de que no hay que albergar ningún odio. Martí lo decía del español, Fidel de la ciudadanía, del pueblo estadounidense.

La integración latinoamericana, las alianzas económicas y su relación con la soberanía en las relaciones hemisféricas fueron otros aspectos a través de los cuales el intelectual argentino conectó el legado político de Martí y de Fidel.

Por su parte, Frei Betto contó cómo conoció a Martí a través de Fidel, hace 36 años. “La primera vez que nos encontramos en su despacho, me regaló los 27 tomos de las Obras Completas de José Martí”, evocó.

“Son dos revolucionarios, hombres de acción; de un pensamiento universal, contrario a lo que llamo globocolonización en lugar de globalización”, describió. Comentó que ambas figuras tienen un pensamiento con fuerte arraigo en la historicidad, cuando el neoliberalismo borra la noción del tiempo histórico: “Y nuestro tiempo cultural y social es histórico”.

Se refirió a la espiritualidad como “densidad subjetiva de un revolucionario. Estamos amenazados culturalmente. Y este país, cuando termine el bloqueo, asistirá a un choque entre consumismo y austeridad.

Comentó brevemente la situación actual de la izquierda en la región. Propuso que cada uno se pregunte: “¿Soy revolucionario porque me permite tener un status social? Es hora de hacer en Cuba y en América Latina toda una campaña de alfabetización política”, concluyó.

Como cierre del panel, Federico Mayor, quien fuera Director General de la UNESCO, celebró la aplicación diferenciada de lo legal y lo justo; y habló de los valores de justicia y solidaridad en el centro del pensamiento martiano y la obra fidelista.

La II Conferencia Internacional Con Todos y para el Bien de Todos procura estimular y sistematizar el más plural debate de ideas entre personas de todo el orbe, y poner el pensamiento martiano, raigalmente ético en todas sus expresiones, al servicio del diálogo para la construcción de entendimientos en torno a la necesidad de políticas encaminadas a distintos objetivos a favor de los pueblos.