El apoyo electoral a Evo-Álvaro, socialmente, está constituido por trabajadores del campo y de las ciudades, por los medianos propietarios y por empresarios grandes y transnacionales. Esa interpretación esa victoria en las urnas tratamos de reflejar en editorial de Aquí 183 de la anterior semana.
En esta nota buscamos recontar el apoyo de tendencias político-partidarias y de personalidades visibles a Juan Evo Morales Ayma y Álvaro Marcelo García Linera.
—El MAS y la población en la que influye una paraorganización política (ni siquiera protopartido) como esa. En realidad no es ni partido ni frente ni “montonera” o movimiento pero sí es parte de una “invencible fuerza electoral”, que apoya, con entusiasmo a Evo y a los cambios bolivianos, y de la que habla Atilio Borón, así como no apoya la candidatura actual del Frente Amplio de Uruguay. Pero el Presidente boliviano, creemos, prefiere aquella paraorganización antes que una dirección política con liderazgo colectiva, ideología (o ideologías), organización, unidad, educación, compromisos internacionales sostenidos. Se sabe que, hace tiempo, el Jefazo dijo incluso que no existía el MAS o que no servía el existente. En rigor, las únicas organizaciones políticas, movimientos sociales y personas que interesa a los gobernantes, en primer lugar a Morales, son los llunk’us y los súper “llunk’us” (rastreros y rastreros extremos). Nosotros creemos que el Presidente reclama votantes, mejor si son ciegos, sordos y mudos. Vale recordar que por menos de 200 votos para los candidatos de UD y el PDC, en el Chapare, aquél reclamó de manera desproporcionada por esos votos de sus amigos y compañeros de la zona cocalera.
—El Partido Comunista de Bolivia (PCB) apoya a los mandatarios reelectos para “profundizar el proceso de cambio”, como han escrito en muros de La Paz. Una dirigente de ese partido, con vehemencia, hace un tiempo nos dijo que militantes de esa organización, como ella, apoyan el pacto político de los gobernantes actuales con empresarios si el propósito es desarrollar el país. Con certeza de que se trata de un apoyo marginal del PCB a los gobernantes, pues son tan pocos los militantes que siguen en sus filas que, también con certeza, son muchos más los ex militantes suyos que intentan reorganizarse en varios lugares, especialmente, en la sede de gobierno. Por sus hechos se puede entender el comportamiento de ese grupo de militantes y dirigentes: en los primeros años de la Revolución Nacional de la que se apropió el MNR, entre aquellos había los que decían que el Movimientismo era el partido de nuevo tipo (según la definición de Lenin), como que varios de ellos pasaron de las filas del PCB al del MNR. Saltamos un largo periodo para agregar que, en vez de la unidad superior de la izquierda, con el núcleo socialista-comunista (como en Chile y Uruguay), planteada por el líder socialista, Marcelo Quiroga Santa Cruz, los comunistas “prefirieron” la Unidad Democrática y Popular (UDP), en la que predominaron el MNRI y el MIR.
—Dirigentes y militantes, asimismo, escasos los unos y los otros, del Partido Comunista de Bolivia, marxista-leninista, especialmente maoísta (PCB-MLM), con frecuencia informan de que ellos no integran el gobierno de Morales, pero que conceden permiso a uno de sus dirigentes a cargo de la Comisión de Evaporíticos, el que trabaja para conseguir, en Bolivia, la industrialización del litio del salar de Uyuni. Más allá de esa explicación, de hecho, esos militantes que con frecuencia, también, refieren su radicalidad, más declarativa que real, apoyan desde otras instancias gubernamentales el actual proceso llamado de cambios. Cada 1 de mayo editan su periódico Liberación, desde cuyas páginas, asimismo, plantean la profundización de los cambios. En una página web está su palabra. Lo que, al parecer no han dicho por escrito —y quizá no lo hagan— es que, al parecer para ellos, lo más maoísta que hay en el mundo, en este momento, es el proceso boliviano en el que verían que los campesinos son la fuerza fundamental de la revolución, en tanto que quizá falte la dirección de los obreros. El dirigente máximo del PCBMLM, en una reunión de la izquierda latinoamericana, inmediatamente después de que Morales asumió la presidencia (2006), a éste lo proclamó líder indiscutible de las naciones oprimidas de Bolivia. Era el tiempo en el que esos militantes y dirigentes maoístas sostenían que había que apoyar al Presidente y no al proceso. Otros sostenían, desde la izquierda en ese momento de euforia, que había que apoyar al proceso y a los gobernantes. Con Mafalda de Quino agregamos nosotros que el mundo ha transformado a ciertos revolucionarios antes de que éstos transformen al mundo.
—Grupos que pertenecieron a Conciencia de Patria (CONDEPA), que se disolvieron, respaldan la gestión gubernamental con una intensidad menos que marginal. Militantes de esa organización política, “oportunamente” han abandonado su militancia original y se han pasado al MAS. Publicaron un periódico tabloide de circulación eventual que tenía un efecto testimonial. Aunque son pocos, no desperdician la ocasión para decir a sus contertulios que como no hay otra alternativa popular, como la que gobierna o mejor, seguirán en esa labor de respaldo al Jefazo que es la de los invitados de piedra. Algunos ex militantes de este partido, ahora en las filas del MAS, con militancia en éste o no, ocupan cargos públicos de tercera o cuarta línea, es decir, son operadores obedientes al Jefazo.
—Varios grupos de militantes y/o ex militantes y dirigentes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el que organizaron el Che y los guerrilleros a su mando en Ñancahuazú, son de la partida gubernamental: entre otros anda suelto uno de los que cuando menos debe tener información sobre hechos luctuosos como los del Hotel Las Américas y los tres muertos, supuestamente, en vida estuvieron al servicio de los separatistas de Santa Cruz; separatistas a los que el Presidente los identificó, hace horas, como derrotados en las urnas el pasado 12 de este mes. Esos elenos, uno ha muerto, también tienen información y/o responsabilidad en acciones represivas, como la de Caranavi (2010), Chaparina (2011), Yapacaní (2012), Apolo (2013). Por las tareas que cumplieron y cumplen esos militantes, que se dicen seguidores del Che, algo tendrían que decir respecto de enfrentamientos y/o masacres, como en Huanuni, Porvenir (Pando), La Calancha (Sucre), Caihuasi (Oruro), y otros. Entre los militantes y dirigentes del ELN, que se mantienen en el actual gobierno, de cuando en cuando reproducen criterios respecto de la “verdadera” revolución con la que sueñan, pero que siguen funcionales a las reformas de este tiempo, que fueron avanzadas, pero que pierden ese contenido.
—Son funcionales a los gobernantes, elegidos por tercera vez y en contra de la segunda medida transitoria de la Constitución Política, un grupo de ex militantes socialistas del PS 1 de Quiroga Santa Cruz, sin las ideas de éste; están adheridos algunos anarquistas, otrora con influencia en el movimiento sindical; también ex militantes comunistas, los que creen que “aconsejan” qué hacer y de esa de manera suponen que apoyan al proceso; mivimientistas y ex ucesistas (del fallecido Max Fernández), incluso fueron candidatos a la Asamblea Legislativa Plurinacional en listas del MAS, varios de los que incluso con permiso de sus jefes se agregaron al gobierno, como lo hicieron con otros regímenes; también están ex trotskistas, procedentes de distintas organizaciones, que recuerdan con frases su ex discurso revolucionario, como uno de ellos que, antes del 12 de este mes, afirmó que cuando se gana con la derecha ésta es la que gana —como dijo Tomic por sus compañeros de la Democracia Cristiana chilena aliados a la derecha para unas elecciones—, en alusión al acuerdo entre los masistas y militantes banzeristas en Santa Cruz. Se advierte en esos ex militates de izquierda (incluidos los de centro y/o derecha), que al menos recuerdan su militancia en la izquierda, la que les sirve como carta de presentación ante algunos distraídos o desinformados.
—Algunos refugiados políticos, aquí, tienen vara alta entre los gobernantes: ejercen sus derechos políticos a veces sin discreción. Esos refugiados, que sirven a los gobernantes desde medios de difusión, por ejemplo, resultan privilegiados frente a otros que vinieron aquí a solicitar asilo —tres peruanos y un niño— a los que se les negó ese derecho y, en cambio, se los entregó a las autoridades peruanas en el Desaguadero, al parecer, sin que tengan los cargos de terroristas y narcotraficantes, como Sacha Llorenti, entonces ministro de Gobierno, dijo por ellos, con lo que se rechazó lo que dijeron de sí mismos: que eran dirigentes de productores de coca en su país.
Aquellos son los principales militantes, de izquierda o no, que a la vez son o creen que son parte del sustento político de los inquilinos del Palacio Quemado, al menos, por cinco años más.
Ellos así ejercen sus derechos políticos, lo que en este medio respetamos. Lo que no compartimos con ellos y con los gobernantes (Evo el principal) cuando aseguran que los que tenemos críticas respecto de su acción y su palabra, somos opositores, derechistas, trotskystas, neo trotskystas o tontos útiles del imperialismo, entre otras apreciaciones. Esos son prejuicios, en la mayoría de los casos.
Nosotros, en cambio, tenemos juicios. Esos militantes políticos son parte de un gobierno o podrían ser parte de él que, hacia delante, servirá cada vez más a los propietarios medianos y a empresarios grandes (criollos y transnacionales), mientras que para los explotados y oprimidos destinarán más migajas. Con éstas, los de abajo, ni siquiera se aproximarán al vivir bien. Ahora ya viven bien los gobernantes y los sectores sociales antes y, actualmente, dominantes.