Los programas electorales de los cinco candidatos ofrecen ajustes dentro del sistema capitalista, dependiente y atrasado vigente en Bolivia. Ninguno plantea transformaciones rumbo al socialismo plurinacional: sociedad más justa y más humana, a pesar de todo.
El Movimiento Al Socialismo (MAS) propone:
“La reducción de la extrema pobreza” a 0 hasta el 2020 (1). “La universalización de los servicios básicos” (2). “El Seguro Universal de Salud, a un poco más de las dos terceras partes de los bolivianos hasta el 2020” (3). “La revolución tecnológica y científica” (4). “La industrialización del país” (5). “Producción de alimentos” (6). “Agua para la Vida” (7). “Integración carretera, aérea, ferroviaria, fluvial y de transporte por cable con la ampliación del Teleférico de La Paz a otros barrios” (8). “Ampliación de las rentas y bonos de acuerdo al crecimiento de la economía”. (9). “País soberano y seguro” (10). “Revolución de la justicia” (11). La diplomacia de los pueblos (12).
En un tono demagógico —prometer hacer o lo contrario, o hacer creer que se hace— los gobernantes aseguraron que la pobreza extrema en el TIPNIS la superarían, con una política suya, en dos años. Esa meta es imposible lograr. Y si se acabara la pobreza extrema, no terminaría la pobreza (no extrema). De modo que seguiría la pobreza después de 2020.
Esa meta fundamental, al parecer pretenden lograrla “para vivir bien”, sin tocar las formas de producir bienes y servicios en Bolivia, es decir, sin alterar, sustancialmente, el capitalismo dependiente y atrasado que sigue vigente.
La segunda promesa electoral de Morales-García: hasta el 2020, en el área urbana, para todos habrá agua potable, electricidad y alcantarillado para el 80 por ciento de la población. En el campo ofrecen, también, agua potable y electricidad para el 80 por ciento de la gente y alcantarillado para el 60 por ciento. Prometen, asimismo, un millón de conexiones de gas a domicilio. La materialización de esas metas, no obstante, es dudosa.
Los administradores del seguro de salud de la Caja Petrolera ni siquiera consiguen mantenerla como un servicio algo destacado que fue, aunque sólo reservado para trabajadores petroleros. Ahora los servicios de salud tienden a desmejorar, porque el presupuesto asignado para ello es absolutamente insuficiente.
Los entendidos demuestran que la ciencia es una fuerza productiva directa y el desarrollo de la tecnología va parejo a la ciencia. Hay necesidad de emprender ese camino, lo que será imposible si el país continúa dentro del capitalismo dependiente y atrasado, sistema todavía dominante en el país.
Si la industrialización, ofertada por los masistas, es como las de papel, cartón, leche e incluso la de urea, es urgente abandonar ese camino y reorientar ese cauce industrializador.
El riesgo actual es que continúe y se acelere la agricultura extensiva en vez de la intensiva, esto es, producir mucho más en menor espacio geográfico. Respecto de la agricultura, el actual Vicepresidente dijo, ante sus amigos y socios, que no importa que nuestro país pierda sus bosques en aras de aumentar la frontera agrícola.
Muchas de las cuencas: ríos, lagos, lagunas, corrientes subterráneas (El Alto, en La Paz) están contaminados o se contaminan y nada serio se hace para preservar esas reservas y la descontaminación es una tarea de la que apenas parlotean los gobernantes y sectores sociales dominantes.
El octavo reto del programa del MAS, hasta el 2020, es el camino de la discordia entre Villa Tunari (Cochabamba) con San Ignacio de Moxos (Beni), rechazado por los indígenas del lugar porque esa vía ayudaría a destruir el hábitat de los pobladores de esa reserva natural y territorio indígena.
Los bonos se presentan como un regalo del Presidente, distribuidos por supuestos amigos de los niños: los militares, lo es una afirmación que disgusta. Otro efecto negativo es que los bonos son asumidos y entregados con un dejo “asistencialista”, lo que anula un elemento que debía fortalecerse: un mecanismo de la distribución de los bienes y servicios que producimos los bolivianos. Sin embargo, los bonos jamás reemplazarán al salario con el que tendrían que vivir bien los bolivianos.
El llamado Estado plurinacional de Bolivia no es país plenamente soberano cuando ni siquiera considera la nacionalización de la Empresa Minera San Cristóbal porque los gobernantes ceden a presiones de sus dueños y de sus aliados. Además, el presidente Morales quiere socios como los de esa empresa.
Asimismo, los gobernantes prometen afianzar la seguridad ciudadana, en lo que los bolivianos no creemos que los gobernantes combatan el narcotráfico porque permiten más y más cultivos de coca, la que en su mayor parte se usa para producir cocaína, especialmente la del Chapare.
Nosotros afirmamos que mientras no haya una verdadera revolución (del pueblo, para el pueblo y por el pueblo), no habrá una revolución en la justicia ni una nueva justicia.
Continuar por la vía de la Cumbre del G77+China, no es un camino antiimperialista como sí lo es el que sigue el Movimiento de los Países No Alineados. Y la reforma de las Naciones Unidas es una necesidad de alcance mundial y es una propuesta hecha por otros Estados, por lo que los gobernantes bolivianos actuales nada tienen de originales al respecto.
Unidad Demócrata (UD) ofrece:
“Mejores oportunidades económicas”, “la educación de excelencia para todos”, “bono futuro”, “empleos para jóvenes”, “contra la inseguridad, el alcoholismo y la drogadicción” y “salud como derecho de todos”, son las ofertas de esta unión de la derecha y algunos militantes que se consideraban y se creen de izquierda incluso ahora.
Los candidatos de la UD prometen con los llamados CITES (los centros de innovación tecnológica), lo que no pasa del que se llamó otrora “capitalismo popular”, cuyo fracaso es conocido en Latinoamérica. Lo principal de esa propuesta es que apenas entraña una reforma formal al régimen económico aún dominante en nuestro país.
La educación como la que propone esa combinación política sólo es posible como parte de un proceso revolucionario del que está muy lejos esa agrupación política.
Ese bono futuro está en la línea de lo que ya sucede en Bolivia, revela un propósito asistencialista, al menos si se detiene en esa forma inicial e insuficiente de la distribución de la riqueza que producimos.
Los empleos son una simple promesa electorera si no se introducen, cuando menos, reformas avanzadas para cambiar las formas de producir y de distribuir el Producto Interno Bruto (PIB) del país, lo que los ofertantes están impedidos de impulsar debido a los intereses que defienden.
La seguridad ciudadana y las otras metas enarboladas por UD serían imposibles de conseguir sin medidas que cambien las condiciones materiales de vida en nuestro país.
La salud para todos es una proclama que, también, es posible en las condiciones de una revolución de veras democrática, popular, antiimperialista y revolucionaria o, cuando menos, en un proceso avanzado de reformas.
Partido Demócrata Cristiano (PDC)
Este partido tiene una oferta difundida por un ex gobernante, adherido al ex dictador Hugo Banzer Suárez, que es similar a la de la UD.
Sin embargo, el ex presidente Tuto Quiroga, lanza frases y frases respecto de las ganancias de los banqueros (las que han crecido a más de 800 millones de dólares el último año), pero en vez de proponer políticas que reformen el sistema financiero, anuncia nuevos impuestos, que es algo más que nada, pero eso revela los alcances de la política que aplicaría un hipotético gobernante, menos mal con limitadísimas posibilidades de victoria electoral el próximo 12 de este mes.
Ese candidato también habla de industrialización, pero con certeza dentro del sistema todavía dominante, para reformarlo y preservarlo, jamás para sustituirlo.
El candidato del PDC pretende hacernos creer que mejorarán, sustancialmente, los servicios de salud y educación, así como promete aumentar los presupuestos fiscales para esos servicios. Pero esa oferta nos recuerda que anteriores gobiernos, incluido el que encabezó Quiroga Ramírez, ganaron o mal ganaron las elecciones y gobernaron con programas modificados al gusto de las empresas transnacionales y de las criollas, asociadas a las primeras.
Ese ofrecimiento lo hace, además, un ex Vicepresidente y un ex Presidente comprometido, por ejemplo, con la venta de empresas estatales, como las refinerías petroleras de Cochabamba y Santa Cruz. Se trata del ex dictador Banzer comprometido con el Plan Cóndor que tuvo como misión desaparecer y asesinar a luchadores contra las dictaduras militares y fascistas de ese tiempo, y por la segunda y definitiva independencia de nuestros países y pueblos.
Movimiento Sin Miedo (MSM) promete:
El MSM propaga “5 políticas de urgencia”: “3.000 barrios y comunidades de verdad”, “Subsidio universal de lactancia y almuerzo escolar”, “Seguridad ciudadana con policía comunitaria”, “Oportunidad para nuestros jóvenes” y “Dos fondos para la producción y el empleo”.
Las cuatro primeras políticas, ofertadas por este partido, constituyen reformas necesarias a un sistema como el vigente en Bolivia, pero las reformas prometidas se inscriben dentro del sistema y, por tanto, no tienen como destino cambiarlo. Esas reformas recuerdan lo que se dice entre la gente del pueblo: Hay que reformar algo para que no cambie nada esencial.
Los fondos para la producción y el empleo, sin embargo, tendría que haber configurado un programa de gobierno siquiera de alcances reformistas de fondo. Entendidos creen que en vez de nuevos empleos hay que mejorar los existentes. Nosotros consideramos que ambas objetivos deben ir por el mismo cauce.
Para nosotros lo peor del MSM, especialmente en este tiempo electoral, es su definición ideológica: militantes y dirigentes suyos no son ni capitalistas ni socialistas. Como yapa buscaron un acuerdo político electoral con los verdes de Santa Cruz, y no lo consiguieron. Una pregunta ¿Cuál es la diferencia esencial entre los candidatos de UD y el PDC respecto de los verdes del actual Gobernador de Santa Cruz?
Y los que asumieron una tercera posición (el tercer sistema) en Bolivia, en Latinoamérica y en el mundo, hace tiempo que fracasaron.
El Parido Verde de Bolivia (PVB), plantea:
Los candidatos de este partido (PVB) proclaman ideas que no configuran un programa. Entre esas ideas, que aparen sueltas, citamos:
Proponen una verdadera democracia, pero los indígenas han dicho que no son ni de izquierda ni de derecha, por lo que es difícil entender el contenido de la democracia que proclama este partido, que también se define como ecologista. La duda respecto de esa democracia se funda, también, en la decisión tomada por los indígenas del TIPNIS de respaldar, electoralmente, a los candidatos de la UD, en vez de apoyar a los del PVB. Uno de los argumentos para tomar esa decisión, según una dirigente de uno de esos pueblos indígenas: Doria Medina tiene más posibilidades de ganar que Fernando Vargas. Tomamos nota de ese pragmatismo.
La candidata a Vicepresidenta del PVB, jefa de este partido, como parte de su discurso electoral, afirma que ellos son los únicos éticos. Sin embargo, el comportamiento suyo, especialmente en la UMSA, en la que da clases, desmienten su afirmación.
Propusieron la nacionalización de la Empresa Minera San Cristóbal, en la que según el Gerente de la Sumitomo (japonesa), propietario de San Cristóbal, luego de hablar con el presidente-candidato Morales, dijo que para su empresa, aquí en nuestro país, todo es: “ganar, ganar y ganar”.
El PVB, ha propuesto línea férrea, por un lado del TIPNIS, en vez del camino de la discordia (Villa Tunari-San Ignacio de Moxos). Esa sugerencia del ferrocarril, antes que un camino por medio del TIPNIS, muestra una improvisación, para decir lo menos.
Esa improvisación del PVB nos convence de que la plataforma con la que los indígenas realizaron la VIII marcha, debió ser asumida como programa de ese partido ecologista para la lucha electoral suya.
Quizá no fue una improvisación lo dicho por el candidato presidencial del PVB, incluso antes de la inscripción suya en el TSE: Afirmó que solos participarían de las elecciones, sin alianzas con sectores del pueblo, y en esta materia siguen consecuentes: participan solitarios en las actuales justas electorales.
Los miembros de la redacción de este semanario (www.semanarioaqui.com) consideramos una cuestión esencial el programa de quienes postulan a la Presidencia y Vicepresidencia de Bolivia. En consecuencia, por lo que decimos en este editorial, tenemos definido nuestro voto; definición que deseamos que nuestros lectores la conozcan. Ellos, como nosotros, deseamos que libremente decidan su voto sobre la base de un análisis riguroso de los intereses regionales, populares y plurinacionales, los que están o deben estar por encima de los individuales.