Doble aguinaldo acentúa desigualdades entre los que merecen mejores ingresos

editorial

El doble aguinaldo, llamado productivo por los gobernantes y por sus voceros, incluso antes de que alguien lo cobre, muestra que generará más desigualdades de las existentes en una sociedad, como la boliviana, en la que hay clases sociales con intereses contrapuestos y otras con unas contradicciones secundarias, pero que antes que unir separan a la gente del pueblo.

Los jubilados que tanto aportaron y que tanto aprendieron de la vida, cuando reclaman el doble aguinaldo, que creen merecer y que lo requieren, evidencian que son discriminados por un gobierno que ellos suponían suyo y, tanto o más graves que eso: comprenden cada vez con mayor precisión que el aguinaldo extra que recibirán los trabajadores activos y no ellos (jubilados y rentistas) provocará más desigualdades entre los bolivianos empobrecidos. Es que aunque sea temporalmente, los que cobren doble aguinaldo aumentarán, en escasa proporción, su capacidad de compra, mientras que los que sólo perciban el dinero del aguinaldo habitual comprobarán que comprarán menos bienes y servicios que los otros que resultan poseedores de un minúsculo privilegio, pero privilegio al fin.

No debemos olvidar que una autoridad del neoliberalismo, encargada de las pensiones (Guillermo Aponte, hijo), dijo para un medio de difusión, que esperaban que se mueran los jubilados para gastar menos en pensiones, no obstante de que ese dinero es el que ahorran los trabajadores activos para su jubilación cuando lleguen, por fuerza de la vida, a la inactividad laboral.

El desprecio de los actuales gobernantes, por los jubilados, se manifiesta cada día con más claridad: a pesar de que los jubilados se enfrentaron a los neoliberales con la combatividad que han perdido (y que no la recuperan) los mineros asalariados de este tiempo.

El ministro de Economía y Finanzas, como celoso cajero, trató de convencer a los jubilados, templados en luchas clasistas, de que el doble aguinaldo para ese sector, integrado por 120.000 almas, provocaría un déficit fiscal que el Presidente no está dispuesto a enfrentar con dinero prestado porque él no tramitará créditos para ese pago, según afirmó. Y ese Ministro fue más lejos: les aconsejó a los abuelos y a las abuelas que no pongan en riesgo ni su salud ni su vida en la anunciada marcha que cubrirá el tramo Konani-La Paz. Los jubilados han marchado ya, por su demanda en La Paz, Cochabamba y Oruro, y anuncian medidas más radicales.

Los gobernantes dicen que a los jubilados les aumentaron sus rentas en más del 140 por ciento y que por tanto no merecen recibir el segundo aguinaldo. Agregan que si se le pagara, a ese sector, el aguinaldo extra que reclaman, esa operación ocasionaría un déficit fiscal (el Estado caería en insolvencia) y no podría pagar, luego, ni el salario a sus dependientes.

En este medio informamos que Evo Morales, ante una sugerencia de un funcionario público para incrementar las rentas algo más, dijo “ni un centavo” para los jubilados. Eso vociferó luego de que él negoció, con los banqueros, una ley que determina que las microfinancieras se conviertan en bancos, como los existentes en el país, y que esas mismas microfinancieras sean absorbidas por los grandes bancos que el 2012 ganaron 820 millones de dólares.

Con seguridad que al primer mandatario le llegó el mensaje de los jubilados que gritaron: “Evo nunca más”. Ese elemento podría ser una minucia para un gobernante con alguna grandeza, luego de que el Canciller dijo que por su hermano Evo votarán en 2014, 2020 y 2025.

En contrapartida a la decisión de los gobernantes que reiteran que no pagarán doble aguinaldo a los abuelos y abuelas, aquéllos han concedido a los empresarios que paguen el doble beneficio, como lo pidieron, hasta el 28 de febrero del próximo año.

Ese acuerdo asegura la aplicación del decreto supremo (DS) que dispone el doble aguinaldo, considerada conquista irrenunciable, aunque se pague en dos meses más respecto del plazo inicial y se convierta en un “bono carnavalero”, según sindicalistas cruceños.

A pesar de las diferencias políticas coordinamos tareas económicas con los empresarios, dijo hace poco el Vicepresidente, considerado proclive a entendimientos entre gobernantes y patrones. Pero lo que dice y hace García Linera, es consentido o compartido por Morales.

Subrayamos que el doble aguinaldo es una medida política, pero que tiene también componentes de política económica, elementos sociales y asistencialismo inocultable.

Sin embargo, como otras medidas, propias de la espontaneidad (carentes de organización), el doble aguinaldo inducirá a que grupos de trabajadores voten por el Presidente-candidato el año próximo, aunque otros ejecutarán el grito: “Evo nunca más”.

Un experto en cuestiones laborales, que ejerció un cargo público con los neoliberales, dijo en un programa que es “monetarismo” afirmar que el doble aguinaldo desatará inflación.

Oficialistas dicen que no habrá inflación y que se sancionará a los que aumenten precios. Una dirigente del MAS, calificada por el Ministro de Educación como “ideóloga” del actual proceso de reformas en decadencia, ha dicho que el reclamo de doble aguinaldo por los jubilados es una actitud política.

El diario Cambio, en una sostenida labor que desinforma, refiere que artículos de uso masivo (tomate, cebolla y papa) han bajado de precio y que su producción es “abundante”. Los redactores de ese diario no deben saber que, por ejemplo en Santa Cruz, las juntas vecinales realizarán una marcha en contra de la elevación de precios de bienes, en el mercado al que esos periodistas ignoran.

Los gobernantes, además, han dicho que el doble aguinaldo es un mecanismo destinado a conseguir una mejor distribución de la riqueza que producimos los bolivianos y que ese beneficio se pagará cada vez que la economía del país llegue al 4,5 por ciento.

Aumentará el dinero en el mercado boliviano con el pago del doble beneficio, pero los gobernantes, auxiliados por el Banco Central de Bolivia, buscan recoger masa monetaria lo más que puedan. Aquélla, sin embargo, en considerable proporción saldrá del país porque una parte de los bienes, que se compren aquí, provienen de otros países.

Nosotros, por supuesto, respaldamos toda medida gubernamental o no que aumente los ingresos de los trabajadores y, además, de los jubilados. Sin embargo, con la misma o con mayor firmeza rechazamos medidas, como la que comentamos, que acentuará las desigualdades en una sociedad, como la nuestra, en la que se habla de equidad, pero que el doble aguinaldo no se pagará a todos los que lo merecen y que lo reclaman.

Las viejas formas de producir bienes y servicios en Bolivia siguen sin cambios sustanciales, y ese modo de producción capitalista, dependiente y atrasado prevalente, no existiría si tuviera entre sus prácticas la equidad, la superación de las desigualdades. Y éstas, reiteramos, se reforzarán con el doble aguinaldo cobrados por pocos y reclamado cuando menos por 120.000 compatriotas jubilados.

El aviso de los propietarios del transporte público de que subirán los precios de sus calamitosos servicios, también estimulan la inflación: subida de precios que la padecen los que tienen menos ingresos y/o los que trabajan por cuenta propia.

El doble aguinaldo asegura inequidad y el Presidente-candidato carece de algún mecanismo que le asegure los votos de los beneficiarios que esperaban cobrar hasta el 31 de diciembre de este año. Y el inquilino del Palacio Quemado, con aires de Papa Noel, no podrá entregar sus regalos navideños a tiempo.