Cultura

Bolivia deja de ser territorio libre de analfabetismo

Wilfredo Pomar Miranda

El analfabetismo en Bolivia se incrementa del 3,77% el año 2008 al 5,02 % el año 2012, por lo que nuestro país deje de ser territorio libre de analfabetismo.

En relación a la alfabetización, recordemos que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (UNESCO) declara que un país es libre de analfabetismo cuando tiene una tasa menor al 4%. En este marco debemos recordar que en diciembre del 2008 se declaró a Bolivia territorio libre de analfabetismo, luego de 34 meses de la campaña del Programa Nacional de Alfabetización “Yo, si puedo”, que contó con el apoyo de los gobiernos de Venezuela y Cuba, con esta campaña se logró reducir el analfabetismo en Bolivia a un 3,77 %.

Según el gobierno, la campaña “Yo, sí puedo” resultó exitosa por lo que, posteriormente, impulsó el programa de post alfabetización “Yo sí puedo seguir”, con la intención de seguir reduciendo ese índice y minimizar el analfabetismo funcional, programa que se viene desarrollando actualmente.

Sin embargo, por las condiciones socioeconómicas y culturales de nuestro país, en lugar de reducirse el índice del 3,77 %, o por lo menos mantenerse, aumentó a 5,02 %, lo que hace que Bolivia ya no sea territorio libre de analfabetismo.

Por los datos oficiales del Censo Nacional de Población y Vivienda 2012, Bolivia tiene 5,02 % de analfabetismo, en este porcentaje las mujeres son las que tienen mayor índice de analfabetismo con un 7.46 %, en tanto que los hombres alcanzan a un 2.51 %, en estos datos claramente se ve que la población femenina continúa siendo la más postergada en cuanto a educación. Ese porcentaje significa unos 364.654 habitantes, población que equivale a un poco menos que la población del departamento del Beni y tres veces más de la que tiene Pando; realmente es una población significativa.

A casi cuatro años de declararse a Bolivia como territorio libre de analfabetismo, habría que encontrar las razones por las que se incrementó ese índice. Se debe considerar que el proceso de alfabetización y postalfabetización debe ligarse con el conocimiento, la producción, la tecnología y la información, tratando de evitar el analfabetismo funcional, proceso que en Bolivia se ve difícil por varias razones.

Una de estas razones es que la matriz productiva del país continúa siendo la extracción de materias primas, qu  venden sin valor agregado, siendo la base la producción de minerales e hidrocarburos, el poco desarrollo rural y la casi nula industrialización del país hacen que no se requiera un uso masivo de procesos de lecto escritura.

La Ley Educativa 070, basada en un modelo socio comunitario productivo, no es favorable para acabar con el analfabetismo, esta normativa indica que debe partirse de las vocaciones productivas de las diferentes regiones del país para la elaboración del currículo educativo. Por esto las regiones con poco desarrollo que producen minerales seguirán produciendo minerales, las regiones que siguen cultivando escasos tubérculos lo seguirán haciendo de manera rudimentaria; por esta situación no se dan las condiciones que impulsen y motiven a la población analfabeta a apropiarse de la lectura y escritura en los procesos de producción o en nuevas experiencias de industrialización.

Además Bolivia es un país con altos índices de pobreza y extrema pobreza, donde la desnutrición de amplios sectores de la sociedad, determinan que no se creen las condiciones para mejorar la educación y menos para elevar la calidad educativa. A eso se suma que niños, niñas y adolescentes deben dejar de estudiar y capacitarse para insertarse en el mercado informal del trabajo en condiciones de explotación.

Se debe dejar de ser un país con mirada andino céntrica, donde sólo se privilegia lo aymara y quechua, en desmedro de las otras 34 nacionalidades, para abrirse a la cultura y conocimiento universales, valorando obviamente nuestras culturas. Quedarnos encerrados en nuestra burbuja  de cristal temporal significarán, a mediano plazo, un estancamiento y retroceso en la educación, el conocimiento y la cultura.