Entrevista a Gastón Arce Sejas
“La música boliviana y la cosmovisión andina…
fuentes de inspiración para mi música”
Realizada por Gabriela De Alencar
AC. Usted estudió con el compositor Mariano Etkin en la Facultad de Bellas Artes de Argentina, ¿Qué es lo que más recuerda de ese tiempo de estudios y de su formación como compositor?
(AquíCom-03-03-15). GA. Yo era un joven tímido en aquella época, principalmente, por haber llegado a un medio ajeno al mío. La relación con mi Maestro era de mucho respeto y admiración, pero algo distante. En los últimos años de mi formación pude acercarme un poco más a él. Inclusive, recuerdo que, cursando esos últimos años de carrera, me acerqué un día y le confesé que yo nunca había escuchado una obra suya, que si me podía pasar o grabar algunas de sus piezas. Por supuesto que accedió y me grabó un cassette con obras suyas. Yo las escuché muy atentamente y sentí cierta alegría porque me di cuenta de que mi música no se parecía en nada a la de él. Considero que ese es un buen síntoma y habla muy bien de su pedagogía, dentro de la composición, puesto que logra que cada uno de sus alumnos encuentre su propio camino y su propio lenguaje musical y no que se convierta en una calca de él mismo, como a veces sucede con los profesores de Composición y sus estudiantes.
AC. El retorno de sus estudios en Argentina en 1991, ¿cuál fue su percepción del panorama de la música en Bolivia de ese tiempo?
GA. En realidad, yo me fui de Bolivia, con un muy estrecho panorama de nuestra propia música, no la conocía bien. Dada nuestra vecindad con la Argentina, yo, todos los años retornaba al país para las vacaciones de verano, de tal manera que fui interiorizándome, con los años de nuestra realidad cultural, inclusive, de nuestra realidad política, puesto que, en ese sentido, yo tampoco tenía una conciencia muy clara antes de viajar. Desde el mismo momento en que decidí irme a estudiar al exterior, tuve la convicción de que tenía que retornar a mi país para entregarle todo lo que había aprendido afuera. El año de mi retorno tuvo algunas coincidencias felices que nos permitió crear, junto con un grupo de amigos que conocí ese mismo año (Oscar García y Nicolás Suárez), los Festivales Bolivianos de Música Contemporánea, cuya primera versión se llevó a cabo el año 1992 con un rotundo éxito.
AC. ¿Cuáles son sus principales influencias cómo músico?
GA. Son varias. Es normal que, durante el período de estudios, tomes como modelos a tus maestros o a los compositores y músicos que vas descubriendo. En ese sentido me interesó la música de Ligeti y, especialmente, la de Igor Stravinsky. Esto es producto, también, de las preferencias de mi propio Maestro (también estaban Charles Ives, Erik Satie, Edgard Varese y algunos otros más). Mucho más adelante me interesó nuestra propia música, como recursos y materiales ricos para incorporarlos a mis propias obras. Pero esto sucedió mucho después, poco antes de terminar mis estudios. Hasta el día de hoy siento que, la música boliviana y la cosmovisión andina, son una de las principales fuentes de inspiración para mi música.
AC. ¿Dividiría su música en etapas compositivas? Si así es ¿Cuáles son?
GA. Ésta es una tarea difícil, sobre todo porque siento que no puedo ser juez y parte y porque todavía me falta la objetividad que da el tiempo, es decir, tomar distancia respecto de mi propia obra. Sin embargo, y a riesgo de equivocarme, trataré de dividir de algún modo las etapas de mi producción compositiva. A ver… Hay un par de experimentos composicionales, unos años antes de mis primeras piezas, que no creo deban ser tomados en cuenta. Hacia el año 1984 comenzaría mi primera etapa como estudiante, que se prolongaría hasta 1990, en que termino mi etapa de aprendizaje. En esta etapa las obras son frescas e inquietas, fruto de mis preocupaciones como compositor aprendiz. A partir de 1991 en que vuelvo a Bolivia, comenzaría una segunda etapa que se ve fuertemente influenciada por los Festivales de Música Contemporánea, mi vuelta a Argentina en el 95 y 96, el logro de algunos premios, mis primeros viajes como compositor invitado, la apertura de la Carrera de Música de la Universidad Loyola, etc. Yo sitúo esta etapa, al menos provisionalmente, hasta el año 2002. La tercera etapa se iniciaría el año 2003, cuando abrimos en la Carrera de Música, el Taller de Instrumentos Nativos y el 2004 fundamos el Ensamble PETRA. Entonces me dedico a explorar un poco más en este instrumental e incluso, junto con los integrantes de PETRA, exploramos en el uso de recursos no convencionales. Realizamos giras a ciudades del interior y dos giras internacionales a Argentina y Ecuador. Incluye también la fundación de la Red de Investigación y Creación Musical de América, con músicos de Argentina, Chile y otros países Latinoamericanos. No estoy seguro si esta etapa aún dura hasta el día de hoy o si ya estoy en otra. Tal vez la creación del Ensemble Contemporáneo TAKY el año 2009, constituya una cuarta y última etapa en mi producción, o si sea en realidad un quiebre dentro de la etapa anterior.
AC. ¿Su catálogo compositivo con cuántas obras cuenta hasta el momento?
GA. Oficialmente con 66 obras más un par de piezas sin número de catálogo y varios arreglos y orquestaciones de música popular.
AC. ¿Cuáles son los desafíos a los que se ha estado enfrentando cómo compositor?
GA. En primer lugar el de sobrevivir como músico. Era más fácil y me las aguantaba, cuando era solo. Ahora que tengo una hermosa familia con tres niños, la cosa no es tan fácil. Sí puedo decir, con cierto orgullo, que nunca he dejado de componer, la composición se ha convertido en un estilo de vida para mí. El otro gran desafío que se me ha planteado, como compositor de música contemporánea, ha sido difundir mi música, que incluye lograr que otros músicos intérpretes se interesen en tocarlas y por supuesto lograr encargos. He logrado, en gran medida, gracias a Dios, que la gran mayoría de mis obras sean tocadas, no solo dentro del país, sino también en otros países, especialmente de Latinoamérica y Europa. Yo mismo, desde hace muchos años, me he convertido en intérprete de mis propias obras (y de otros muchos jóvenes compositores bolivianos), gracias a los ensambles que he formado y a mi labor de director de orquesta, que está en un segundo plano en mi vida musical.
AC. ¿Dónde se puede conseguir las partituras de su música y escuchar sus obras?
GA. Bueno, tengo algunas obras publicadas en la Colección de Compositores Bolivianos (patrocinado por la señora Rivera de Stahlie), en algunas revistas de difusión hoy desaparecidas y en la Editorial Autodeterminación de mi querido amigo y colega Javier Tapia (Capi). Sin embargo, hoy en día, el mejor canal de difusión de la obra de cualquier artista, sea músico o no, es el internet. Si tú no eres parte o te haces visible en “la Red”, entonces no existes. Es lamentable, pero es así. Entonces, he comenzado a utilizar una serie de plataformas de difusión, no solo para mi música sino también para algunos escritos, sobre temas musicales y de investigación que tengo. También tengo un sitio web, todavía no terminado; tengo algunas obras subidas al YouTube; otras muchas a la plataforma Sound Cloudy varias partituras en una red académica denominada academia.edu.Cualquier persona accede a una de estas plataformas, introduce mi nombre (gastonarcesejas o arcesejasgaston o gaston-arce-sejas), e inmediatamente aparece todo el material alojado allí. En el caso del You Tube, también se puede entrar por Ensamble TAKY. Mi sitio web (repito, todavía no totalmente organizado), la dirección esarcesejasgaston.com.wix.
AC. ¿Cuáles son las composiciones en las que se encuentra trabajando? ¿Si las puede describir?
GA. Algo que yo he aprendido, con los años, es que es bueno trabajar en varios proyectos al mismo tiempo. Sobre mi mesa de trabajo siempre hay más de una obra. En ocasiones uno se estanca en algún problema que se suscita al interior de esa obra, entonces está la otra para despejar la mente y, en ocasiones, encontrar la solución de ese problema. En estos últimos meses he decidido revisar y concluir algunas obras inconclusas y que figuran en mi catálogo. Así pues, estoy escribiendo la última de las piezas de un ciclo de piezas para piano denominado “Meditaciones sobre el Sagrado Amor”; también estoy terminando una pieza para violín solo y orquesta de cuerdas (que originalmente debía ser para Jaime Laredo), titulada “Un día en la Ciudad Sagrada”; estoy trabajando en mi Tercer Cuarteto de Cuerdas, comenzado hace casi tres años; luego, estoy empezando a componer las dos últimas piezas de un ciclo de obras para ensambles mixtos sobre poemas de Silvio Mignano (ex embajador de Italia en La Paz), titulado “Los Rothkos de Mignano”; estoy buscando textos para unas canciones para coro mixto a capella ya terminadas, y así podría citar un puñado de obras más, que es necesario cerrarlas lo más antes posible, incluyendo mi ballet “Wiñay Cusi” iniciado el año 1993 y que es, probablemente, mi obra más extensa.
GA. Usted es director y fundador del EnsembleTaky, si nos puede dar una perspectiva de su trayectoria ¿cuáles son los proyectos que tienen para este año?
AC. El Ensemble Contemporáneo TAKY surgió como una necesidad por contar con un grupo de músicos especializados en la ejecución de música contemporánea, especialmente boliviana y latinoamericana. Reuní un grupo de talentosísimos jóvenes, a quienes tuve el privilegio de dirigir, los cuales dedicaron gran parte de su tiempo en la preparación de obras de un repertorio poco accesible, por las dificultades técnicas que gran parte de la música de este tiempo demanda de los intérpretes, sin embargo, siempre se puso el máximo empeño por lograr una interpretación profesional. Creo que son, precisamente, estas dificultades las que hacen que algunos otros músicos profesionales rehúyan, de alguna manera, acercarse a estos repertorios. Tanta energía pusimos en este proyecto, que nació el año 2008, aunque nuestro primer concierto fue el 2009, que pronto logramos que se abriesen una serie de espacios para escuchar nuestra propuesta. Comenzamos a viajar al interior y el 2010 fuimos invitados al Festival de Música Clásica Contemporánea de Lima, el 2011 emprendimos nuestra primera gira por Europa, tocamos en Alemania, España e Italia (invitados por el Festival Antidogma de Turín) y el 2013, a partir del Proyecto de Intercambio con el Cuarteto de Saxofones de Estocolmo, realizamos nuestra segunda gira europea, tocando en Suecia, Francia y Rumania. Me siento muy feliz por haber llevado la música boliviana a tantos países fuera del nuestro. Trabajamos y estrenamos obras de compositores bolivianos (Oscar Kellemberger, Boris Nava, Teresa Gutiérrez, Daniel Alquizaleth, etc.) y extranjeros (Enrico Corregia, Ylva Q. Arkvik, Catharina Backman, Iulia Cibisescu-Duran). Por ahora he hecho, por razones personales, una parada indefinida dentro del ensamble, después de nuestro retorno del último viaje, porque quiero encarar otros proyectos pendientes, que no los pude llevar a cabo todo ese tiempo, o los fui postergando, por estar muy absorbido en el trabajo del grupo. Sin embargo, espero que los muchachos se reúnan y planifiquen el futuro de TAKY, aunque yo no esté de por medio.
AC. Cómo director y fundador de la Carrera de Música de la Universidad Loyola, ¿cómo ve el panorama de la formación musical en el país?
GA. Lo veo de un modo optimista. Las opciones para el estudio de la música son cada vez más y mejores en el país. Es también cierto que han proliferado los institutos y academias privadas en todas las ciudades de Bolivia, cuyo fin es el lucro y la instrucción malísima. Esto es inevitable, por eso cuando el joven toma una decisión seria, sobre su formación musical, debe aprender a elegir bien dónde y cómo encarar su formación. Cuando yo opté por la música como profesión, no existía en Bolivia una institución que me ofreciera lo que buscaba, por eso tuve que buscarla fuera del país, sin embargo, hoy ya no sucede lo mismo, el joven tiene opciones de profesionalizarse dentro de Bolivia. Si, pese a eso, decide salir del país, ya es una elección personal absolutamente legítima.
AC. En su faceta de profesor, ¿qué mensaje desea dejar a sus estudiantes respecto de su arte?
GA. La música, como las demás ramas artísticas, más que profesión es un estilo de vida. Un joven que abraza el estudio serio de la música, no está pensando cuánto va a ganar con esta profesión, ni siquiera piensa algo tan importante como, si va a poder sostener una vida familiar (quizás debiera hacerlo). Quiero decir que la elección del estudio de una rama artística es, casi siempre, más emocional que cerebral, lo que no pasa con otras carreras. Cuando un joven decide estudiar administración de empresas o ingeniería de sistemas, su principal motivación es la futura rentabilidad de estas profesiones, lo que no sucede con las ramas artísticas. Por tanto, inevitablemente, los artistas son una “raza” atípica en el mundo actual, y ha sido así en todas las épocas. Por eso creo que, si el joven ha tomado esta decisión, tiene que ir hasta sus últimas consecuencias pagando el precio que tenga que pagar, que a veces es mucho. No concibo un joven estudiante de música cuya vida sea la comodidad, la holgura y la superficialidad; nuestra profesión nos obliga a vivir siempre al borde del abismo, eso es lo que da sentido a nuestra vida. El estudio de la música debe ir avanzando a costa de sudor y sangre, de caídas y levantadas, uno debe poner su vida en juego, de otra manera no habremos llegado, ni siquiera a la superficie del verdadero arte. Como dice el Evangelio, debemos ser o frío o caliente, cualquier matiz intermedio no tiene ningún valor.
AC. ¿Qué actividades tiene para este año aquella Carrera?
GA. En esta gestión pretendemos estabilizar y generar un Plan Operativo que regule el funcionamiento del Coro Académico y laSinfonietta, dos elencos de nuestra Carrera, que son la cara de la Universidad y son los espacios de práctica musical más importantes para los estudiantes de la misma. Sin embargo, la actividad más importante será la revisión y readecuación de nuestros programas de estudio, que seguramente, entrarán en vigencia el próximo año. También hemos empezado a diseñar un programa de maestría, que será el primero en Bolivia (AquíCom-03-03-15).