‘Tenemos la obligación de informar’

Luis Fernndo Cantoral

(AquíCom 05-04-14) Cuántas veces escuchó decir a un periodista o presentador de televisión ‘tenemos la obligación de informar’ al ser cuestionado por  alguien que puso resistencia de salir en cámaras o ser fotografiado por un medio de comunicación. Es que el derecho a la información también tiene límites y está reglamentado de manera específica en artículos y leyes, y además en códigos de ética de los propios periodistas.

El desconocimiento de las normas hace que camarógrafos y fotógrafos, como buenos cazadores de imágenes y de manera invasiva, quieran retratar en primer plano el rostro de niños y adultos víctimas de alguna falta y/o delito (también de otras circusntacia menos grave) para mostrar a su audiencia, sin contemplaciones, como ocurrió con la niña fallecida en la zona sur al sacar su cabeza del bus cuando éste estaba en marcha. Las imágenes de la Red Uno la mostraron en una situación inconveniente y en franca vulneración del Código del Niño, Niña y Adolescente que señala no exponer a menores en situaciones que mellen su dignidad.

‘Nosotros no queríamos recordar así a nuestra hija, por qué ese canal tuvo que sacarla así’, reclamó muy afligida la madre, días después, en una revista matutina de Cadena A. La presentadora le respondió: ‘Es que los medios tenemos la obligación de informar’.

Situación similar ocurrió semanas antes, cuando el abogado de un acusado por estafa impidió que filmarán a su cliente, ante la insistencia de camarógrafos y periodistas que ‘luchaban por retratarlo’ mientras el sindicado lo evitaba por todos los medios. El jurista advirtió a periodistas y camarógrafos con iniciarles un proceso penal. Al día siguiente, el conductor de un programa de televisión levantó con indignación y arremetió contra el jurista. Y lo mostró repetidamente: ‘Aquí está, véalo bien, éste es el que se interpone a nuestra labor de informar’.

Algunos medios y periodistas creen que el derecho a la información permite vulnerar otros derechos como a la reputación, al buen nombre, a la presunción de inocencia, el derecho de las víctimas a ser tratadas con dignidad y no exponerlas, salvo con su consentimiento, lo que sería una verdadera excepción. Aún nos queda un largo camino por recorrer en esta materia (AquíCom 05-04-14).