Editorial
El Movimiento Al Socialismo (MAS), después de que un grupo de ex falangistas les concedió la sigla a sus dirigentes encabezados por Evo Morales, suele ser definido por sus militantes como: movimiento, instrumento, alianza, frente; a veces, dirección; organización, en raras ocasiones.
En la principal celebración del 18 aniversario del MAS, su jefe y Presidente de Bolivia dijo por esa entidad política: “Somos una referencia mundial”[1]. Esa organización que inicialmente se llamó Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP).
Uno de los dirigentes sindicales de los trabajadores fabriles de Cochabamba define lo que entendieron, debió ser el MAS-IPSP: para él, a éste, “Nunca se lo propuso como un partido tradicional, vertical, autoritario y personal”[2].
Estudiosos de la política, como ciencia y como arte, han definido al MAS de diversas formas: instrumento de los movimientos sociales, dirección política del pueblo boliviano, instrumento político sui géneris, expresión de las multitudes, entre otras, que tienen como denominador común el señalamiento de que el MAS es todo lo dicho, menos un partido político tradicional.
Marta Harnecker, estudiosa al menos de tres revoluciones (Chile, Cuba y Venezuela), en labor compartida por otros intelectuales, ha publicado un libro sobre el MAS-IPSP, en el que se leen afirmaciones como que el MAS “no fue un partido, sino un instrumento político”, pero que “a medida que asume tareas de gobierno acaba comportándose muchas veces como un partido más” y que sin embargo “ha obedecido desde sus inicios los lineamientos provenientes de sus bases sociales”[3].
El MAS es único en su género. Con seguridad que sí. Además, irrepetible. Al respecto y en el campo de la política, como en otros, resulta aplicable la enseñanza de Carlos Marx de que los hechos en la historia se dan como tragedia y se repiten como comedia.
Entre los que estudian al MAS hay quienes son desafectos a lo que, por ejemplo, Fidel Castro dice del partido. A pesar de todo citamos al líder cubano porque son luces que se las puede asumir o no, pero que son una orientación de quien dirigió una revolución triunfante, como es la cubana, que también es única en su género. Citamos al líder cubano:
“¿Cuál es la función del partido? Orientar. Orienta en todos los niveles, no gobierna en todos los niveles. Crea la conciencia revolucionaria de las masas, es el engranaje con las masas, educa a las masas en las ideas del socialismo y en las ideas del comunismo, exhorta a las masas al trabajo, al esfuerzo, a defender la Revolución. Divulga las ideas de la Revolución, supervisa, controla, vigila, informa, discute lo que tenga que discutir, pero no tiene las atribuciones de quitar y poner administradores, de guitar y poner funcionarios”.
Agrega: “El partido no es prebenda. El partido es sacrificio. Al partido no se va a buscar nada”.
“El partido es el más formidable instrumento de la Revolución: es lo que le da la dirección, solidez y continuidad histórica a la Revolución (…)”.
“(…) El partido es el alma revolucionaria del pueblo que, con sus organizaciones de masas abarcando a todo el pueblo, incluido los niños, lleva adelante la Revolución (…)”[4].
Los que editamos Aquí compartimos los criterios de Fidel sobre el partido político, aunque es cierto que él habla de un partido gobernante, como tendría que ser el MAS. Acotamos que entendemos que el partido verdaderamente revolucionario asume la teoría y el método marxista y leninista. Por eso también se afirma que el partido revolucionario es teoría y método a la vez.
Se admite, además, que es la práctica la que se encarga de establecer si es o no acertada una propuesta, por ejemplo, sobre el partido o instrumento político.
Asimismo, vemos que el MAS en vez de ser un partido más, como dice Harnecker, es cada vez menos un partido o como nunca fue tal, ahora, se agota en sus componnetes que muestran algo de frente, movimiento, convergencia, alianza, “montonera”, partido tradicional. En términos de las organizaciones sindicales bolivianas: el MAS es una junt’ucha, en el sentido de que sus militantes o los que se sienten militantes suyos (incluidos los invitados) allí están juntos y revueltos, los llegados allí desde la izquierda, el centro yi la derecha, incluidos sus extremos.
Decir que el MAS es una referencia en el mundo es entre optimista y dudoso. Es un fenómeno que sí se estudia entre intelectuales de la política, “cientistas” sociales, investigadores universidades, etc. Nosotros no tenemos duda de que es así. El MAS-IPSP es una preocupación académica, es algo que debe estudiarse con la mayor profundidad posible, y es lo que no siempre se hace en el campo popular.
En esta nota editorial proponermos algunas líneas, a manera de conclusiones, las que deben ser ampliadas y profundizadas, con vistas a comprender correctamente el fenómeno social y político MAS-IPSP:
—El MAS-IPSP no es la dirección política colectiva que necesita el actual proceso de cambios o transición boliviana.
—En cambio existe, afirmamos, una dirección unipersonal, esto es una dirección política ejercida íntegramente por el Presidente de Bolivia. Y éste no la comparte esa dirección política porque el entorno palaciego suyo a lo sumo es el operador incondicional de lo que dispone el primer mandatario.
—El MAS-IPSP carece de alguna organización que asegure su funcionamiento y existencia. En el último tiempo, los restos de esa referencia política, ha ejecutado acciones para aplaudir al caudillo Morales en disminuidas concentraciones y/o marchas.
—Incluso los que dicen militar en el MAS-IPSP admiten que están divididos y enfrentados. La pregunta pertinente es si algún momento estuvieron unidos y sobre qué base. Sin embargo, es imprescindible acotar que a todos los miembros del MAS o que reconocen pertenecer en éste, están unidos y hasta se movilizan para apuntalar toda acción que ellos consideran ayudaría a la reelección del Presidente, a pesar de que según la Constitución Política del Estado, no puede postular al cargo por tercer vez consecutiva.
—Es una exageración inadmisible decir que en el MAS-IPSP ocurre una labor de educación política sostenida. Ocurre, sin embargo, una educación política del pueblo, conseguida en la acción, lo que arroja como resultado organización, unidad, movilización, concienciación, pero limitadas.
—¿Organiza, une, moviliza, educa el MAS-IPSP al pueblo? Quizá lo haga a una escala insuficiente, menos que elemental.
—Como instrumento político el MAS-IPSP no existe.
—Para nosotros el MAS está muy lejos de ser, y probablemente nunca sea, una dirección política colectiva.
—Sin embargo, especialmente fuera de Bolivia, el MAS-IPSP es asumido como un instrumento político aparente.
—El millón de militantes que pretenden inscribir lo gobernantes al MAS-IPSP será para ganar las elecciones en diciembre de 2014. Y si no las ganan Evo Morales tratará de comprarlas, como Peña Nieto en México. (En la campaña electoral por la Gobernación del Beni, enero de este año, los masistas, en Trinidad, pagaron Bs200 por elector).
No obstante lo dicho, nosotros consideramos que el MAS-IPSP fue una combinación eficaz y eficiente para ganar elecciones lo que no es nada desdeñable. Pero nada esencial abarcó después de ganar elecciones. Aquel “instrumento político” ahora decrece orgánica, política, ideológica y éticamente.
El problema esencial es que en Bolivia contemporánea el MAS-IPSP es Evo Morales.
[1] Esa afirmación la hizo el presidente Juan Evo Morales Ayma en el acto central de celebración del 18 aniversario del MAS-IPSP, realizado en Santa Cruz (27-III-13), debido, según voceros gubernamentales, a que esa organización creció mucho más de lo que ellos esperaban en esa región en la que el predominio del poder económico de los empresarios está fuera de duda.
La frase del Presidente se la puede calificar incluso como sonora, pero es a la vez una ambigüedad a la vista. En efecto, la referencia mundial es el proceso de cambios, el MAS, el llamado Estado Plurinacional, el dirigente Morales. Esos elementos y otros son el referente mundial. Admitamos provisionalmente lo último.
[2] Oscar Olivera, líder sindical, para el diario Página Siete del 28 de marzo de este año, dijo: “En mi época el instrumento político era una plataforma de reflexión y de acción de la gente. Nunca se lo propuso como un partido tradicional, vertical, autoritario y personal. La idea era que la gente de la ciudad y del campo se reencuentre para decidir entre todos cómo cambiar el país”.
“De ninguna manera se buscaba que, como sucede ahora, la gente salga a las calles detrás de un caudillo. Queríamos evitar eso en las discusiones iniciales. Así encaramos los momentos más importantes de la vida de este país. Hoy el MAS es un partido tradicional, autoritario y vertical. Lejos, muy lejos de aquello que soñamos”.
[3] MAS-IPSP de Bolivia/Instrumento político que surge de los movimientos sociales
(Entrevista colectiva con Santos Ramírez, Lino Villca, Isabel Ortega y Alejandro Colanzi. Entrevistas individuales a Leonilda Zurita, Antonio Peredo, Ramiro Llanos y Rafael Puente)/Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
En esa publicación encontramos los tres elementos que caracterizan, según ellos, al MAS-IPSP:
“No fue un partido, sino un instrumento político, una organización política sui géneris que surgió en Bolivia a partir de los movimientos campesinos indígenas, lo que condujo a Evo Morales a la victoria en las elecciones presidenciales de diciembre del 2005, convirtiéndose en el primer presidente indígena de nuestro continente”.
“Pero el MAS, que empieza rechazando la forma de partido y reclamándose como un mero instrumento de las organizaciones sociales y pueblos indígenas, a medida que asume tareas de gobierno acaba comportándose muchas veces como un partido más y debido a su vertiginoso crecimiento se ha visto penetrado por toda suerte de oportunistas, muchos de los cuales provienen de los partidos tradicionales”.
“A diferencia de los partidos tradicionales cuyas directrices surgen desde sus cúpulas, el nuevo instrumento político, tomando de los zapatistas la consigna “mandar obedeciendo”, ha obedecido desde sus inicios los lineamientos provenientes de sus bases sociales organizadas y ha estado dispuesto a no separarse nunca de ellas. Se ha establecido así un singular matrimonio entre la base social y su instrumento político”.
[4] Estas citas de Fidel sobre el partido han sido tomadas de: Salomón Susi Safati. Diccionario de pensamientos de Fidel Castro, Editora Política/La Habana, 2008.