Mandela
Claudia Fonseca Sosa
"Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo", dijo en una ocasión el expresidente sudafricano Nelson Mandela, quien falleció este jueves en su residencia en Johannesburgo como consecuencia de una afección pulmonar que adquirió mientras estuvo en prisión por luchar contra el apartheid, y su avanzada edad.
"Madiba falleció en paz y acompañado de su familia", anunció en la televisión el presidente Jacob Zuma. "Nuestra nación ha perdido al más grande de sus hijos. Nuestro pueblo ha perdido a un padre", agregó tras decretar duelo nacional.
Y es que Mandela dedicó su vida a defender desde todos los frentes la justicia social y la dignidad del hombre. Estuvo preso más de 27 años en las más difíciles circunstancias, sin embargo, la fortaleza de su carácter y la justeza de su causa no le permitieron flaquear.
En el seno del Congreso Nacional Africano dirigió la lucha contra el régimen segregacionista del apartheid, que pisoteaba los derechos de los negros en un país donde eran mayoría.
Su obra traspasó fronteras y su figura se convirtió en un ícono universal de resistencia, pues Mandela demostró que lo aparentemente imposible era posible. "Tener fuertes convicciones es el secreto para sobrevivir a las privaciones, tu espíritu puede estar lleno, incluso cuando tu estómago está vacío", decía.
"He promovido el ideal de una sociedad democrática y libre en la cual todas las personas puedan vivir en armonía y con igualdad de oportunidades", dijo en 1994 al cerrar el discurso de toma de posesión como el primer presidente negro de su país. Mandela ayudó a construir una Sudáfrica nueva.
Mandela fue también un gran amigo de la Revolución Cubana y agradecía la contribución de nuestros combatientes internacionalistas en la lucha por la liberación de los países africanos.
"El pueblo cubano ocupa un lu-gar especial en el corazón de los pueblos de África (…) La decisiva derrota infligida en Cuito Cuanavale alteró la correlación de fuerzas en la región (…) ¡La decisiva derrota de las fuerzas agresoras del apartheid destruyó el mito de la invencibilidad del opresor blanco!", aseguró en su visita a Matanzas en 1991.
Su solidaridad con nuestras causas fue invaluable. "Estamos unidos —dijo Mandela— porque nuestras organizaciones, el Partido Comunista de Cuba y el Congreso Nacional Africano, luchan en defensa de las masas oprimidas, para que aquéllos que crean las riquezas obtengan sus frutos. Su gran apóstol José Martí dijo: ‘Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar’".
Mandela ya no está físicamente con nosotros, pero su legado continuará inspirando a las futuras generaciones de revolucionarios.