Desaparecen 110 millones de bolivianos del FONDIOC
Redacción Aquí
La salida de Nemesia Achacollo del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, tras el escándalo de corrupción en el Fondo de Desarrollo para los Poblaciones Indígenas Originarios y Comunidades Campesinas (FONDIOC), en vez de dejarnos satisfechos nos confirma que esa ex autoridad aún goza de protección.
Achacollo es hija de colonizadores que se asentaron en la región cruceña, aledaña al Chapare, en la provincia Ichilo. Empieza su actividad pública en Yapacaní, donde toma relieve cuando Juan Evo Morales Ayma, actual Presidente de los bolivianos, consolida su poder en la región de trópico cochabambino cuando la bandera de ese grupo humano —los cocaleros— pregonaba que la coca no es cocaína.
Cuando se crea el FONDIOC en el gobierno de Eduardo Rodríguez Veltzé, la intención fue crear un Fondo con recursos “provenientes del 5% de las recaudaciones del IDH” para “financiar proyectos de desarrollo productivo y social que beneficien de manera directa a los pueblos Indígenas, Originarios y Comunidades Campesinas; luego se dictaron otros decretos en el gobierno de Morales que recortaron esos ingresos, pero de todas maneras las arcas del FONDIOC se hicieron cuantiosas.
La responsabilidad del manejo del Fondo recaía en varios ministerios, pero la presidencia del directorio era de la máxima autoridad ejecutiva del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, por lo cual no sólo esa autoridad debería haber renunciado.
La renuncia de Achacollo al cargo, y no la destitución, nos da un elemento más de la protección que aquélla tiene porque, en otros casos, fue el mismo Presidente quien destituyó a otros funcionarios inmediatamente de conocidas sus faltas: recordemos el caso del Ministro de Aguas, Abel Mamani, y del ministro de Medio Ambiente y Aguas, Felipe Quispe Quenta, los dos echados de sus cargos con ignominia, el primero por corrupción[1], aunque también dijeron que fue por actos indecoros[2] y, el segundo, porque no salió agua de las cañerías congeladas en una visita del presidente al Aeropuerto de Uyuni[3]; pero Achacollo, recibió incluso indulgencias del primer mandatario el día de su sustitución con estas palabras: "Pobre compañera Achacollo (…) Es una de las más movilizadas. Admiro y respeto su transparencia, su honestidad, tal vez su responsabilidad es que junto a los ocho miembros del directorio (del Fondo Indígena fue) no decidir bien sobre el manejo de esos recursos económicos, pero esta intervención creo que ha sido oportuna para esclarecer”.
Pero además, hay que deducir de las declaraciones del presidente Morales, que no hay intenciones de recuperar el dinero malgastado del FONDIOC, porque antes de la sustitución y durante la posesión de Cocarico, aquél expresó que “ojalá” se pueda recuperar el dinero: “Lamento mucho, la interventora nos dijo (que hay) proyectos inexistentes y los exdirigentes recogieron dinero a sus cuentas bancarias, esos exdirigentes tienen que ser investigados y procesados, ojalá se pueda recuperar esos recursos económicos…”, es decir, que no serán recuperados los 102 millones de bolivianos que la interventora, Lariza Fuentes, señaló como daño económico al Estado.
Pero los males del FONDIOC no son recientes; citamos sólo el caso de la Colonia fantasma 26 de Julio del Municipio de San Javier, de la provincia Cercado del Beni, donde un dirigente que denuncia los malos manejos desde 2012 es asesinado el 26 de julio del año pasado[4]. En mayo del 2014, Joel Guarachi, segundo secretario General de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) hace eco de dichas denuncias de desembolso de dinero a esa comunidad inexistente y que otros 15 proyectos no estaban siendo ejecutados[5].
La interventora del Fondo Indígena, Larissa Fuentes, para que haga el trabajo de revisión de los proyectos de esa institución, dejó cabos sueltos y aunque Fuentes fue parte del personal de confianza de Lenny Valdivia —ex ejecutiva de la Agencia del Sistema Financiero (ASFI) y actual ministra de Transparencia— la protegió en su informe.
Nardy Suxo, cuando estuvo a la cabeza del Ministerio de Transparencia Institucional y Lucha contra la Corrupción, nunca se interesó por investigar al Fondo Indígena porque tenía una relación de amistad con Achacollo: "Tú me respaldas, yo te apoyo". La salida de Suxo y el ingreso al gabinete de Valdivia aparentemente puso punto final a esa "solidaridad de género".
Achacollo, en su paso por el Ministerio de Desarrollo Rural, favoreció muy bien a la oligarquía terrateniente y también se blindó. No en vano fueron los de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), los ganaderos de Santa Cruz y la Cámara agropecuaria de Cochabamba (CAC) lamentaron el cambio de la “hermana Nemesia”.[6] Y lo hicieron en base a sus razones, porque en la denominada "Cumbre Agropecuaria Sembrando Bolivia", los grandes empresarios del campo salieron favorecidos, allí consiguieron: la suspensión por cinco años de la verificación la función económico-social de la tierra (FES), dilatando así la reversión de tierras improductivas; la ampliación de la frontera agrícola, con cientos de miles de hectáreas de pasturas para ganadería, lo que significa más deforestación, entre otros.
Achacollo fue la organizadora de esa cumbre y contó para ello con el respaldo del vicepresidente Alvaro García Linera. Pero no sólo García Linera es hoy una de los que más defienden a Achacollo por esa su labor de acercamiento a los agroexportadores, sino también el presidente Evo Morales, por lo que ese sector empresarial lo apoyaría para su reelección presidencial por cuarta vez y/o más tiempo.
Se conoce que los sectores gubernamentales en pugnas, no miden las consecuencias externas que provocan al desacreditar a sus contrarios, con tal de quedar bien con el Jefazo; por ejemplo, se sabe que García Linera no desaprovechó las denuncias contra el manejo del Fondo Indígena, al descargar la responsabilidad hacia el canciller David Choquehuanca porque fue éste quien propuso como candidata a la Gobernación de La Paz a Felipa Huanca, principal dirigente de las bartolinas y también una de las beneficiarias con millones del FONDIOC, según el informe de Larissa Fuentes. Pero no solo eso, el Vicepresidente también culpa a Choquehuanca de la derrota electoral en las alcaldías paceña y alteña.
Pero las denuncias contra Achacollo no sólo son por ser la principal responsable del mal manejo del FONDIOC, son también por ser propietaria de tierras en las zonas de Yapacaní-Ichilo, en Santa Cruz, las que las agrandó gracias a nuevas dotaciones, a titulo gratuito, con ayuda del INRA-Santa Cruz, entidad que fue observada por varias de sus acciones consideradas fraudulentas.
Achacollo ya no es una "representante campesina", aunque siga vistiendo como tal; ahora es parte de los gremios ganaderos habiendo contribuido a la creación de la Cámara Agropecuaria de Pequeños Productores del Oriente (CAPPO), cuyo denominativo "pequeños" es engañoso, pues en realidad son los nuevos empresarios agropecuarios collas, que de medianos buscan pasar a grandes, y Achacollo es parte de este grupo.
La imagen de la exministra es una imagen impostora por decir lo menos, que les sirve a García Linera y al propio Evo Morales, para garantizar sus acuerdos con la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), representantes de lo más rancio de la burguesía agraria oriental, para los ganaderos y otros grandes empresarios del agro, y de esa forma impulsar los agronegocios y el "modelo capitalista cruceño", en el que García Linera se declaró "muy interesado para aprender de él", cuando fue a soplar las velitas en el 50 aniversario de la CAO.
Achacollo debía ser destituida por el Presidente, por un mínimo de coherencia con el discurso que difunde, pero no fue así y más bien fue felicitada. Sólo un cínico puede pretender hacer creer a la opinión pública que nada tuvo que ver con el desfalco del exFondo Indígena, pues era ella la que dirigía las reuniones del Directorio; era ella la que firmaba las resoluciones ministeriales que aprobaban los desembolsos; era ella quien tenía la obligación de investigar las irregularidades que se denunciaban y de fiscalizar los proyectos para los cuales desembozaron dinero. Y aunque el informe final de la intervención diga que “El Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras no cumplió como establece la Ley 1178 con su rol de fiscalización, seguimiento y control; que no efectuó la tuición que le corresponde”, dudamos de que la exministra Achacollo sea procesada por daños al Estado, por más que la interventora Fuentes diga que “Eso está en el informe y se está recomendando, remitir a la Contraloría este tema para que se establezcan las responsabilidades que corresponden”[7].
¿Hasta cuándo y cuánto más el presidente Juan Evo Morales Ayma podrá seguir protegiendo a su exministra?
[1] http://corruptosbol.blogspot.com/2007/11/evo-echa-mamani-de-aguas-por-presuntos.html
[3] http://internacional.elpais.com/internacional/2012/08/21/actualidad/1345582551_112150.html
[4] http://www.erbol.com.bo/noticia/indigenas/24102014/caso_fondioc_acusan_exdirigente_de_matar_soruco
[7] http://www.eldeber.com.bo/economia/apuntan-al-ejecutivo-no-fiscalizar.html