La desvergüenza sin memoria
Redacción de Aquí
Los dichos de los primeros mandatarios en las arremetidas que hacen contra sus críticos, sólo producen sonrisas si no conociéramos su pasado y su comportamiento, pues de lo contrario se podría pensar que están perdiendo la memoria, lo cual puede constituirse en un problema de Estado, de salud mental que afectaría la continuidad en sus mandatos.
Recientemente el vicepresidente Álvaro García Linera, durante la entrega de títulos agrarios a campesinos en Cotoca (Santa Cruz), señaló que dos organizaciones no gubernamentales (ONG) “se han dedicado a mentir. Mienten para defender los intereses de las grandes empresas extranjeras, mienten para favorecer a países extranjeros." (08/08/2015)
Esa posición ya la formuló el primer mandatario, Juan Evo Morales Ayma, cuando inauguró un nuevo pozo petrolífero en Yacuiba, allí señaló lo siguiente: "Quiero decirles que ONG o fundación que perjudique la explotación de los recursos naturales se va a ir de Bolivia.” Esta advertencia se refería a las áreas protegidas del país, las que según el Presidente "han sido creadas desde el imperio norteamericano”; mientras que las ONG y fundaciones de Estados Unidos buscan que sean "intocables”. Morales entonces agregó: "Nosotros tenemos la obligación de explorar qué tenemos, cuánto tenemos, en nuestro territorio. Es nuestra obligación el medio ambiente pero no podemos ser guardabosques de los países industrializados” (26/06/2015)
El Vicepresidente se refirió, específicamente, a la Fundación Tierra, institución dedicada al estudio de la tierra, y al Centro de Información y Documentación Bolivia (CEDIB) dedicada, principalmente, a la sistematización de material periodístico y a la investigación de la defensa de la hoja de coca. Pero, además de atacar el trabajo de esas instituciones, apuntó a quienes las dirigen: En el primer caso a Miguel Urioste, ex ministro de Hernán Siles Suazo (UDP) y no como dice García Linera de Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR) y, en el segundo caso, a Pablo Villegas y a Marco Gandarillas, a los que calificó de “unos trotskistas que se han vuelto verdes de un día para otro, en una clara muestra de oportunismo político." Días después García Linera descalificó a dos organizaciones no gubernamentales más: al CEDLA y a Milenio, la primera especializada en temas laboral-agrícolas y, la segunda, al comportamiento de la economía del país.
El Vicepresidente se olvida que en los años 80 y 90 del pasado siglo enarbolaba ideas marxistas (quizá mejor decir neomarxistas) y por tanto anticapitalistas, se olvida que, de “posiciones obreristas” con su grupo Ofensiva Roja en las minas, cambió hacia posiciones indigenistas, hasta integrarse el Ejército Guerrillero Tupak Katari (EGTK); asimismo, se olvida que, en ese tiempo, era enemigo del capital, de los empresarios privados, de los terratenientes…
Ese transfugio se evidencia con una de sus últimas explicaciones: “Desde 2010, pero verificado en 2014, no hay dos polos, ahora un campo político unipolar. El MAS ya no es el de 2005, ha ido mudando la propuesta, ya no es tan comunitario, ahora ha abrazado el ‘modelo cruceño’, que es capitalista. Seguiré con mi idea. Un espacio unipolar, lo que hace es hundir, curvar el espacio. Las propuestas giran alrededor de ellas. Este es el centro ahora, pero antes era la izquierda. No tiene contrapeso y todo gira alrededor de él” (18/11/2014 entrevista de El Deber). Es decir que el camino de García Linera (y el MAS) “al socialismo comunitarioi” lo hará ¿aliándose al capitalismo?, postura que (si no la recuerda) ya la formuló cuando propugnó al “capitalismo andino-amazónico.”
El Vicepresidente (recordamos sus últimos dichos), se olvida de su oportunismo político porque él cambió de rojizo a azul, azul falangista del MAS original. (Fundado por el dirigente de FSB, David Añez Pedraza, quien cedió o vendió su sigla al actual Presidente). Los primeros mandatarios cobijaron —dentro oficialista MAS— a matones de la derecha cruceña, de la Unión Juvenil Cruceñista.
El inventario de los olvidos de Álvaro García Linera, registra que en sus filas también hay otros que han ido mudando de posiciones, como él dice: La senadora Gabriela Montaño Viaña, también fue trotskista, lo mismo que el ministro de Trabajo, Gonzalo Trigoso; el ministro de Economía, Luis Arce Catacora, dice que fue socialista y luego fue gonista (MNR); el ministro del Presidencia, ex oficial del Ejército, Juan Ramón Quintana, fue de ADN, partido del dictador Hugo Banzer… La lista es larga y aquí nos quedamos.
La arremetida contra algunas ONGs, que colaboraron con los primeros mandatarios, es un acto de malagradecidos (para decir lo menos). García Linera tendría que recordar que varios de ellos vivieron al amparo de varias de esas instituciones cuando estaban en el llano.
Mentir es fácil, como olvidar por conveniencia también… Pero las mentiras, desde el gobierno y desde el Estado plurinacional, empiezan a descubrirse.