Un antiguo vendedor de periódicos, ubicado cerca de la UMSA y a la vez docente de esta casa de estudios, preguntó a este editorialista qué país ganaba más del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. La respuesta fue: Cuba socialista. Aquel amigo está de acuerdo con esa respuesta que coincide con lo que piensa la gente del pueblos, sobre todo, de esta parte latinoamericana y caribeña del mundo.
Aunque el Secretario de Estado del país del norte respondió a un periodista que él cree que aquellas relaciones diplomáticas no serían interrumpidas por otro gobierno de ese país, los candidatos del Partico Republicano a la presidencia estadounidense han dicho que desandarán lo andado por el gobierno de Obama. En cambio, la señora Clinton, como parte de su discurso electoral, anoitó que ella desde la Presidencia de EEUU acabará con el bloqueo o guerra económica, financiera y comercial de los gobiernos de ese país respecto de Cuba.
En La Paz, Bolivia, un espacio periodístico difundió un chiste político mordaz: hace días manifestó que la última etapa del socialismo en Cuba es el capitalismo. Otros, por las ideas que asumen o porque no entienden la proyección de las relaciones diplomáticas que comentamos, dicen estar convencidos de que la Isla del Caribe será un mercado para el capitalismo y, sobre todo, para Estados Unidos, entre otras cosas, por la proximidad o porque los gobernantes de ese país definen a Cuba, ahora, como país vecino.
En el discurso, previo a la iza de la bandera estadounidense en La Habana, el secretario de Estado John Kerry, dijo que su país desea una “auténtica democracia” para Cuba, discurso que reproducimos en este número de Voz 251.
El punto de vista y la práctica democrática de los cubanos son opuestos. Afirman que no hay democracia verdadera en un país sin servicios de salud y educación para todos; que proclaman una igualdad formal y no real en tantos otros ámbitos, es decir, un Estado que no es democrático en los hechos porque allí hay racismo, trata y tráfico de personas, recorte de los derechos de los migrantes e incluso de gente nacida en esas patrias..., como en Estados Unidos.
El restablecimiento de las relaciones entre Cuba y EEUU, simbolizadas con la reapertura de embajadas, primero en Washington y luego en La Habana, han sido ocasiones en las que los representantes diplomáticos de ambos países han reiterado su voluntad de avanzar en el desarrollo de esas relaciones y en esa oportunidad han reiterado que cuestiones esenciales se acordarán, en el que podría ser un prolongado proceso: la normalización plena de esas relaciones, reiteran los voceros.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, en una conferencia de prensa conjunta con su colega estadounidense John Kerry, ha dicho:
“He reiterado al Secretario de Estado que el levantamiento total del bloqueo, en nuestra opinión, es esencial para poder tener relaciones normales con Estados Unidos, así como la devolución del territorio que se usurpa a nuestro país en la Base Naval en la bahía de Guantánamo. Igual que consideramos necesario avanzar en el tema de las compensaciones al pueblo cubano, a las ciudadanas y ciudadanos cubanos, por los daños humanos y los daños económicos que se han producido en estas más de cinco décadas. Al igual que aspiramos a que se respete, de manera absoluta, la soberanía de Cuba y nuestros asuntos internos.”
Siguió el Canciller cubano: “Nosotros apreciamos que el presidente Obama se haya pronunciado a favor de la eliminación de esta política, y que continúe adoptando medidas ejecutivas que permitan su desmantelamiento.”
“Le he confirmado al secretario Kerry que nuestro gobierno tiene la voluntad plena de normalizar las relaciones con Estados Unidos —añadió Rodríguez—, sobre bases de respeto e igualdad, sin menoscabo a la independencia y soberanía de Cuba y sin injerencia en nuestros asuntos internos, como establecen los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, el Derecho Internacional y los principios que, nuestra Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se ha dado a través de la Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por todos los presidentes y jefes de gobierno hace un par de años aquí en La Habana.”
Los cubanos luchan por la realización de ese “programa” desde la victoria en Sierra Maestra y en el llano. En consecuencia, no se trata de una improvisación o que luego de restablecidas las relaciones diplomáticas Cuba-EEUU, ahora, surge esa demanda. Más aún, la suspensión del bloqueo es un carísimo objetivo de los gobernantes y del pueblo cubano.
Consideramos —aunque no se lo diga expresamente— que en este momento y con esas relaciones, los cubanos tienen como propósito irrenunciable la defensa del “socialismo posible”, como dicen ellos, para que sea más democrático, más participativo, más soberano, incluso.
Además, los intentos imperialistas destinados a derrotar la Revolución cubana, por otros medios, pensamos que sigue siendo un propósito yanqui. Por eso el emisario de Obama, en La Habana, volvió a postular una “democracia auténtica” para la Isla liberada: ese lo planteamiento debemos entender como receta para la restauración del capitalismo en la patria de Martí y Fidel.
El secretario de Estado, John Kerry, en aquel discurso y en La Habana señaló:
“La responsabilidad por la naturaleza, la calidad y la rendición de cuentas de un Gobierno no recae, como no debe ser, en ninguna entidad externa, sino únicamente en los ciudadanos de un país. Pero los dirigentes en La Habana y el pueblo cubano deben saber también que Estados Unidos será siempre un paladín de las reformas y los principios democráticos. Como muchos otros Gobiernos dentro y fuera de este hemisferio, continuaremos urgiendo al Gobierno cubano a cumplir con sus obligaciones bajo los pactos de Derechos Humanos interamericanos y de la ONU, obligaciones que comparten Estados Unidos y todos los demás países de las Américas.”
El funcionario estadounidense agregó: “Y, realmente, seguimos convencidos de que el pueblo de Cuba estará mejor servido por una auténtica democracia, en la que la gente pueda elegir a sus líderes, expresar sus ideas, practicar su fe; en la que el compromiso con la justicia social y económica se realice de manera más plena; en la que las instituciones rindan cuentas a aquellos a quienes sirven; y en la que la sociedad civil sea independiente y se le permita florecer.”
Siguió así: “Permítanme ser muy claro: El establecimiento de relaciones diplomáticas normales no es algo que un Gobierno hace como un favor a otro; es algo que dos países emprenden conjuntamente cuando los ciudadanos de ambos países se van a beneficiar. Y, en este caso, la reapertura de nuestras embajadas es importante en dos niveles: de pueblo a pueblo, y de Gobierno a Gobierno.”
Luego la oferta económica de la potencia del norte: “…, creemos que es útil para nuestras naciones aprender más una de la otra, conocernos más. Es por eso que nos entusiasma que los viajes de Estados Unidos a Cuba se hayan incrementado 35% desde enero y continúen aumentando. Nos alienta que cada vez más compañías estén explorando aquí proyectos comerciales que crearán oportunidades para el creciente número de emprendedores cubanos; y nos entusiasma también que las firmas de Estados Unidos estén interesadas en ayudar a Cuba a expandir sus telecomunicaciones y sus conexiones a internet, y que el Gobierno aquí haya prometido recientemente crear decenas de puntos más baratos de Wi-Fi.”
Kerry, además, envió un mensaje a los exiliados cubanos en Estados Unidos, cuyo comportamiento contrarrevolucionario, suponemos, sigue avante. “También queremos reconocer el papel especial que la comunidad cubanoamericana está desempeñando para establecer una nueva relación entre nuestros países”, añadió.
Los solidarios con la Revolución y el pueblo cubanos tenemos que seguir en guardia, a pesar de los límites de nuestra acción solidaria. Y afirmamos que en esta materia seguimos con Fidel: nosotros también desconfiamos de los imperialistas, más allá de los gestos de amistad que ojalá sean duraderos.
No esperábamos otro discurso de los gobernantes de EE.UU. Por eso, en las palabras de Kerry encontramos una oferta para Cuba respecto de la que no debemos equivocarnos: la del sistema americano, entre vecinos y quizá amigos.
Asimismo, respecto de los principios aludidos por el Secretario de Estado, nosotros aprendemos de Mark Twain de lo que él escribió sobre la libertad de expresión y de conciencia en su país, EE.UU.:
“Por bondad de Dios —escribe Twain— tenemos en nuestro país estas tres cosas indeciblemente preciosas: libertad de expresión, libertad de conciencia y prudencia para no ejercer jamás ninguna de las dos”.
Nosotros tomaremos nota de los discursos de los gobernantes estadounidenses respecto de sus relaciones diplomáticas con Cuba. Sin embargo, nos orientaremos más por lo que hagan.
Asimismo, nuestra solidaridad con la Revolución y el pueblo de la Mayor de las Antillas seguirá invariable. Y deseamos que de aquellas relaciones diplomáticas ganen de verdad nuestros pueblos.
*Editorial del boletín Voz 251 de solidaridad con Cuba.