Pisando tierra
Marcela T. Barrios Borda
(AquíCom 14-07-14MTBB) Aceptar y superar que una de las mujeres de tu familia tiene cáncer de mama, es difícil y es mucho más difícil que tras la operación, existan otras complicaciones o la denominada metástasis.
Y mucho peor deben sentirse las mujeres afectadas por este tipo de cáncer, quienes deben enfrentar una operación, someterse a la quimioterapia y luego a la radioterapia. Ello implica, además, sobrellevar los malestares y la pérdida del cabello, que para muchas mujeres es el símbolo de su feminidad.
Esta realidad podría tener un desenlace distinto, si este tipo de cáncer fuera detectada con anticipación y ello, a la vez, podría permitir a las mujeres afectadas realizar un tratamiento o una operación oportuna.
Frente a los varios casos que se conocen todos los días, una se pregunta: ¿quiénes pueden someterse a una ecografía mamaria y luego a una mamografía?, ¿las personas de escasos recursos pueden acceder a estos exámenes?, ¿sería conveniente que existan exámenes gratuitos?.
Según la Organización Mundial de la Salud, más del 70% de las muertes por cualquier tipo de cáncer, ocurren en países con ingresos económicos bajos, donde los recursos disponibles para la prevención, diagnóstico y tratamiento son limitados. Bolivia está dentro de este grupo de países.
Asimismo, datos del Ministerio de Salud, dicen que el cáncer de mama es el segundo tipo de cáncer que afecta más a las mujeres bolivianas. Mientras que la Fundación de Lucha Contra el Cáncer, revela que 26,7 de cada 100 mujeres contraen este tipo de enfermedad y de ellas, 2 a 2.2 mujeres mueren diariamente, por esta causa.
Si bien cada mujer puede realizarse un autoexamen para detectar alguna irregularidad en sus senos, los exámenes y el tratamiento les resulta costoso. Ello se suma al maltrato de algunos médicos, del sistema público de salud, que no consideran la tal mentada “calidez” en el trato hacia las mujeres y tampoco la carga depresiva y psicológica por el hecho de saber que tienen cáncer.
El 23 de mayo de este 2013, la diputada Elizabeth Reyes, propuso un Proyecto de Ley para que las mujeres bolivianas tengan acceso a ese tipo de exámenes de manera gratuita. El mismo, según la justificación estaba dirigido, principalmente, a las mujeres de escasos recursos que necesitan someterse a una mamografía para detectar este tipo de enfermedad, como ocurre con el examen del Papanicolaou, para detectar el cáncer de cuelo uterino.
Sin embargo, la mayoría oficialista rechazó esa propuesta que, contradictoriamente, fue presentada ya el 2011 y derivada a la Comisión de Educación y Salud de la Cámara de Diputados. Tras esos más de dos años, el proyecto debía tratarse en el pleno, pero no fue así.
Para la diputada Reyes ese rechazo se debió a que ella es de la oposición, de Unidad Nacional. Mientras que la mayoría parlamentaria argumentó que se solicitó a la diputada Reyes la presentación de los datos sobre mujeres afectadas en Bolivia por esta enfermedad, a pesar de que ese tipo de información la tiene el Ministerio de Salud y que podría ser solicitada, por lo que el argumento cae por su propio peso.
La negativa de los diputados y diputadas del partido en función de gobierno, arrancó lágrimas de rabia de la diputada opositora. La misma manifestó que no se explicaba la reacción del oficialismo, ya que los exámenes beneficiarían a todas las mujeres bolivianas a corto, mediano y largo plazo.
Ese hecho no sólo provocó indignación en la parlamentaria de la oposición, sino en muchas mujeres, porque los diputados oficialistas, que tienen mayoría en la Asamblea Legislativa Plurinacional, no pensaron en el beneficio que representaba ese examen gratuito en más de la mitad de la población y que además, son madres, hermanas e hijas de esa otra mitad masculina de la población boliviana.
Es aún más indignante esa actitud de los denominados “padres de la patria” y tal vez también “madres de la patria”, porque el gobierno, a través del Servicio Departamental de Salud de La Paz, reveló que diariamente, e confirma que al menos 10 personas tienen algún tipo de cáncer.
Ante ello, también se tendría que tomar en cuenta que en los últimos años, la gratuidad del examen de Papanicolaou, provocó que se incremente las detecciones tempranas de la enfermedad a un 60 por ciento, aspecto que favorece en el pronto inicio de un tratamiento e incluso de una operación.
Ojalá que los legisladores y legisladoras pensaran un “poquito” más en la salud de la población, antes que en sus cálculos político partidarios y aprendan a aceptar las buenas ideas y propuestas que se presentan en favor de la ciudadanía y más aún de las mujeres, que es el sector poblacional más afectado por el cáncer (AquíCom 14-07-14MTBB).