Aunque los datos mientan, qué importa, la realidad está peor

Censo 2012:

Roberto Ibarguen Chávez

No es posible dejar de reconocer que el Censo Nacional de Población y Vivienda, realizado el 2012, se encuentra severamente cuestionado cuando no herido de muerte, porque la institución que lo realizó no pudo ni puede dar, hasta la fecha, respuestas satisfactorias a una serie de cuestionamientos y preguntas que se le realizó desde algunas instituciones y la sociedad en general; pero a pesar de ello también es cierto, nos guste o no, que por algún tiempo los análisis sociales, económicos y políticos se los tendrá que realizar con información de esa fuente.

Si uno se pone a hurgar la base de datos de ese Censo, hecha pública por el INE, son muchos los datos que llaman la atención, en unos casos porque después de más de un año de la realización del Censo no se puede obtener lo que se busca (lo que implica que siguen siendo “cocinados” al interior del INE) como, por ejemplo, el dato de pertenencia étnica. Y, en otros casos, porque aun con las desconfían que generan los datos que se tienen, muestran una realidad que debería avergonzarnos a los bolivianos. En este último grupo se encuentran los datos referidos a educación, que nos muestran  que fue sumamente apresurada y poco seria la declaración de Bolivia como un país libre de analfabetismo porque como se pude apreciar en el cuadro que se presenta a continuación el porcentaje de analfabetos aun llega a ser de un 5.54 % o lo que implica un aproximado de 378.827 bolivianos que no saben leer ni escribir.

Elaboración propia, con datos INE 2012.

Pero la realidad sin duda es más dura si nos detenemos un momento a considerar otros datos del cuadro anterior donde se ve que en departamentos, como Potosí  y Chuquisaca, el índice de analfabetismo llega a 13.16 % y 12.17%, lo que implica que un total de 70.181 potosinos y un total de 46.402 chuquisaqueños son analfabetos. Si consideramos el porcentaje nacional de mujeres, que no saben leer ni escribir, alcanza a un 8.13% y en los departamentos de Potosí y Chuquisaca  el índice de analfabetismo en las mujeres alcanza el 19.39% y el 16.25%, lo que implica que un total de 52.880 y 31.976  bolivianas, de los departamentos de Potosí y Chuquisaca, son analfabetas. Y la realidad se vuelve lacerante si precisamos el zoom y consideramos los datos de educación desagregado en urbano, rural y, dentro de lo rural, entre hombres y mujeres, como se puede ver en el siguiente cuadro; pues nos muestra que en el campo, comprendido el país, la tasa de analfabetismo pasa el 11% y en el caso de las mujeres llega al 18.24%, que de los nueve departamentos en cuatro nos encontramos con una tasa por encima del 10% y en dos pasamos el 19% y en el caso de las mujeres, en siete departamentos, estamos por encima del 10% y llegamos hasta el 28% de analfabetismo.

Elaboración propia con datos INE 2012.

Y esta realidad es mucho más preocupante si consideramos que en 26 provincias de 5 departamentos, la tasa de analfabetismo está por encima del 15%, llegando en el caso de los hombres a pasar el 18% y, en el caso de las mujeres,  pasa del 39%; en el caso de la población rural total en un caso a pasa del 28%, en el caso de los hombres pasa el 18% y, en el de las mujeres, alcanza a más del 40%. Esa reallidad se amplía, de manera alarmante, si esas consideraciones las realizamos desagregándolas por municipio, urbano rural, y por hombres y por mujeres.

Cuando afirmamos que esta es una realidad que debería avergonzarnos, no solamente nos referimos a que consideramos que nos mintieron con eso de “Bolivia país libre de analfabetismo” que, al final sería lo de menos, pues, en los últimos años el avance en este campo fue significativo. Resulta increíble que en la segunda década del siglo XXI, luego de ocho años de un gobierno que ha mostrado disponibilidad a resolver este problema —en un tiempo en que como país tenemos un significativo nivel de excedentes— y cuando en la mayoría de los países (por lo menos en los que conflictos o desastres no han marcado su realidad) se considera analfabeto a quienes tienen problemas en el manejo de ordenadores, en Bolivia todavía sigamos con esos índices de analfabetismo. Imaginémonos la vergüenza que pasaríamos si tendríamos el dato del analfabetismo funcional que padece nuestra sociedad, desde las comunidades de frontera hasta el Palacio de Gobierno, tendríamos que andar por este mundo con la cara tapada.