De sábado a sábado 378
Elecciones primarias sirven en la propaganda de gobernantes
Remberto Cárdenas Morales*
Con las Elecciones Primarias (EP), realizadas en Bolivia el 27 de enero (27E) de 2019, el MAS confirma su candidatura anticonstitucional de Juan Evo Morales Ayma y Álvaro Marcelo García Linera, hacen propaganda política dentro y fuera del país, ningunean a las otras candidaturas y con 450.000 votos creen que han dado un “mazazo” a los otros pretendientes del Palacio de Gobierno y, como yapa, los dos principales gobernantes están en el primer plano de la coyuntura, hablen bien o mal de ellos. Además, desde los cuatro poderes del Estado, de las más diversas formas, se favorece a sus candidaturas.
Los 450.000 votos del MAS no se deben subestimar, aunque ya no son, creemos, el electorado invencible del que, entre otros, hablaba el politólogo Atilio Borón. Según voceros progubernamentales, ese electorado de masistas es parte del voto duro por el que saca pecho Morales.
Es verdad que aquellos electores, al que aspiraban los gobernantes, no fueron el 70 por ciento el 27E, pero son más de los reconocidos por los opositores.
Ese electorado está teñido por los que votaron blanco y nulo (cerca del 10 por ciento), los que lo hicieron por Morales-García para mantenerse en el trabajo, los que sufragaron por miedo o a cambio de alguna paga, los que consideran que en Bolivia hay cambios que han sido posibles con el Presidente, por el que están dispuestos a votar otras tantas veces.
Pensamos distinto de los que, con ligereza, afirman que el binomio Morales-García ha sufrido un revés en las EP. Y aunque fuera verdadero ese supuesto revés, a los gobernantes, les serviría el resultado adverso para tomar medidas destinadas a reclutar más electores y perfeccionar el fraude electoral con el que, básicamente, esperan ganar Evo Morales y Álvaro García el próximo mes de octubre.
El binomio oficialista lleva la delantera en la propaganda que hizo, hace y hará con las EP, que sólo tienen el nombre de tales.
Pero es una media verdad afirmar que el masismo dio un “mazazo” electoral, es decir, un golpe demoledor a sus adversarios electorales. Eso dicen los gobernantes para reanimarse ellos mismos, para alentar a sus electores y para meterles miedo a los opositores que se acobardan cuando le muestran la vaina del sable.
Entre las cosas que han aprendido los oficialistas y/o han afinado está la manipulación frecuente, a veces, cotidiana.
Manipulan los oficialistas cuando con el mismo libreto, pero con variaciones formales, dicen que muchos de sus militantes no votaron el 27E porque no figuraban en las listas o que aparecieron inscritos en otros partidos, que van a inscribir a más partidarios o reinscribirán a los depurados sin culpa suya; que militantes que no votaron por Evo-Álvaro lloraron “por los ojos”, como si fuera posible llorar por otro lado del cuerpo humano.
Sirve para manipular, también, asegurar que alguien del TSE quiere perjudicar al MAS y que se debe investigar, y luego de que las palabras se echan al viento, se las olvida.
Asimismo, manipula García Linera cuando a los binomios de los opositores les dice que como no consiguieron 50.000 votos, ellos son nada. Esa soberbia declaración la hace el Vicepresidente, a pesar de que sabe que los opositores dijeron que sólo algunos de sus electores votarían en las EP y que incluso propusieron que aquéllas se suspendan, entre otras razones, para evitar gastos, porque los Bs27 millones debían ser mejor empleados.
Sirve para manipular, sostener que aquel dinero ha sido una inversión para defender la democracia y, con dichos y hechos, se desconocen los resultados del 21F.
Toda propaganda política y sobre todo la del masismo contiene mentiras. Los oficialistas difunden que las EP son para democratizar a los partidos políticos, pero tal objetivo es dudoso que sea conseguido por ellos porque, al Jefazo, los militantes del MAS, principalmente, les interesa como electores, antes que como actores plenos de la política.
Que a los electores del MAS no se les obligó a que concurran a una consulta que no fue. Es otra mentira que se descubre por la denuncia nada menos que de los que fueron obligados para hacerlo.
Otra mentira oficialista: que la votación que contabilizaron es buena aunque no satisfactoria. Los masistas menos cínicos temen perder las elecciones, en octubre, sin el fraude que organizan: compra de votos; miedo que se cierne entre electores; fraude en el campo y/o en el Chapare; llenar mesas con votos para el oficialismo y/o anotar votos de los opositores para los candidatos Morales-García.
En suma, las EP son utilizadas, principalmente, para la propaganda política con mentiras incluidas y con las manipulaciones señaladas.
Sin embargo, la victoria electoral del oficialismo el 27E es a lo Pirro o es pírrica: aquél no ganará elecciones, otra vez, de la misma manera, las perderá.
*Periodista