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Son irrompibles las relaciones fraternales entre los pueblos boliviano y cubano

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De sábado a sábado 496

Remberto Cárdenas Morales*

El gobierno de Jeanine Áñez Chávez ha suspendido las relaciones diplomáticas de Bolivia con Cuba y la revolución ininterrumpida de la Mayor de las Antillas, en la que, a pesar de todo, ahora, se construye el “socialismo posible”.

Los compañeros y amigos de la patria de Martí y de Fidel, dudamos de que esa decisión de los actuales gobernantes bolivianos sea una autodeterminación, es decir, que sea realmente una medida sin sugerencias y/o imposiciones de los yanquis. Si esa resolución es una autodeterminación, es cierto que nuestro país actualmente, no es una colonia de nadie, como declaró Áñez cuando anunció la expulsión de nuestro país de los diplomáticos mexicanos y españoles, a raíz de la acción de los encapuchados que, probablemente, tenían como tarea favorecer a los alojados en la residencia mexicana, como el exMinistro de la Presidencia del depuesto Morales.

Ante aquella medida tomada por el gobierno de los demócratas, sin consultar los intereses de nuestro pueblo, cabe rememorar hitos de las relaciones de nuestros pueblos boliviano y cubano que son el fundamento en el que debemos apoyarnos y me apoyo para afirmar que esas relaciones de bolivianos y de cubanos son irrompibles.

—Bolivianos diversos aprendimos del ejemplo de la primera guerra de la independencia, ganada por los cubanos, contra España y Estados Unidos, considerada como la primera guerra antiimperialista de la región. Guerra que tuvo como uno de los jefes militares fundamentales al generalísimo Máximo Gómez, dominicano por el lugar de su nacimiento.

—Lecturas fundamentales de textos de Martí, “el más universal de los cubanos”, como Nuestra América, sobre el papel de los indígenas en la vida y la lucha de los latinoamericanos y caribeños y/o sobre el racismo de los blancos respecto de los negros y de éstos frente a los primeros, nos marcaron para toda la vida.

Fue, asimismo, un aporte a la cultura regional la difusión, por primera vez, de las obras completas de Bolívar, edición de los cubanos, que todavía circula entre bolivianos.

—Fidel Castro, entonces un dirigente político y universitario, al que algunos lo creían desequilibrado o soñador, en el mejor de los casos, en su alegato jurídico y político, en el que defiende el porqué de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, dijo que en aquella acción valorada como una derrota militar pero, a la vez, una victoria política, dijo que de los mineros bolivianos, los revolucionarios cubanos, aprendieron que era posible derrotar al ejército, entonces bajo órdenes de los sectores sociales y políticos dominantes de la sociedad y, en Bolivia, al servicio de la rosca minero-feudal.

Ese alegato de Fidel se publicó como libro: La historia me absolverá.

—Los años 60 del siglo pasado, por Bolivia, transitaron dos destacamentos guerrilleros, formados en Cuba: uno hacia el norte de Argentina, dirigido por el periodista argentino, Ricardo Masetti, grupo que fue derrotado en aquel territorio y cuyo jefe desapareció o fue desaparecido hasta ahora.

Vale recordar que Masetti fue uno de los fundadores de Prensa Latina (PL), agencia de noticias de Cuba, constituida poco después de la victoria revolucionaria en el país caribeño.

El segundo grupo de guerrilleros, también entrenados en la Isla, ingresó hacia Puerto Maldonado (Perú), país vecino en el que debió desarrollarse un “foco guerrillero”, según la prédica y la práctica de ese tiempo en Suramérica.

Aquellos guerrilleros sólo pasaron por nuestro país, pero aquí tejieron vínculos con bolivianos, especialmente del Partido Comunista, de cuyos militantes y dirigentes hubo apoyo.

Vínculos o relaciones fraternales en un tiempo en el cual, como sucedió tantas veces en varios lugares del mundo en los que se luchaba para liberarse del imperialismo y del colonialismo, aunque como una imitación acrítica y seguidista de lo que habían hecho los revolucionarios cubanos jefaturizados por Fidel Castro.

—La guerrilla comandada por el Che, en Ñancahuazú, con actores procedentes de países de la región latinoamericana y caribeña, sobre todo de Bolivia y Cuba, es lo que el Comandante de América, en su Diario de campaña, llamó “bautizo de sangre”.

Aquella guerrilla, aunque fue derrotada militarmente, dejó enseñanzas  político-ideológicas en el camino de la liberación de Bolivia: un ejemplo de alianza o más que eso: una forma concreta de compartir una gesta armada con proyecciones internacionales, latinoamericanas y caribeñas, al menos si se considera la propuesta de entonces de emprender guerrillas en los Andes, para hacer de éstos la Sierra Maestra de la región, en el cauce de la segunda y definitiva independencia de nuestros pueblos y países.

Se trata del planteamiento del Che que, en pocas palabras, implica desencadenar guerrillas simultáneamente en varios países de esta parte del mundo, para que triunfe la revolución en Latinoamérica y el Caribe. Esa la propuesta de la revolución continental del Che, por ello su demanda de organizar más de un Vietnam, con una misión liberadora.

—La solidaridad con la Revolución Cubana, emprendida por revolucionarios bolivianos, no obstante, las diferencias entre ellos, se abrió paso desde lo más modesto (un mitin callejero o en ambientes cerrados) hasta el despliegue de un accionar de mucho mayor alcance.

Esos actos de solidaridad fueron contrarrestados por la actividad de comités anticomunistas, los que tenían aliento desembozado o clandestino de la Embajada de Estados Unidos en La Paz.

La solidaridad de los revolucionarios bolivianos con el pueblo y los combatientes cubanos nada tuvo de fácil porque los regímenes políticos de nuestro país, incluidos los de la Revolución de Abril de 1952, asumían comportamientos inamistosos o agresivos respecto de la Revolución Cubana.

Para graficar lo dicho, añadimos que mientras en Vallegrande jóvenes proRevolución Cubana esperaban que se apague la luz eléctrica en ese pueblo para gritar: “Viva la Revolución Cubana” y “Viva Cuba libre”; en La Paz, los organizadores de la solidaridad con Cuba acababan, con frecuencia, en cárceles en las que eran retenidos días o semanas.

—Cuba ha sido un seguro refugio para los perseguidos políticos de Bolivia, como ocurrió con los que fugaron de la isla de Coati, en el lago Titicaca, durante la dictadura fascista de Banzer.

—Fidel Castro fue muy comedido respecto de los reveses sufridos por los revolucionarios bolivianos. Luego de la derrota del gobierno del Gral. Juan José Torres y la imposición de la dictadura de Banzer, ante una pregunta de periodistas, en Chile, respondió:  Creo que los compañeros bolivianos han perdido una oportunidad.

—Registramos, en el último tiempo, formas de la colaboración, también fraternal de los cubanos, de revolucionarios cubanos sobre todo, con nuestro pueblo y con Bolivia.

Se habla de operaciones y tratamientos, por médicos cubanos, de dolencias en la vista (carnosidad y cataratas), a más de 770 mil compatriotas y ciudadanos de países vecinos; se trata de la formación de no menos de cinco mil médicos bolivianos en la Facultad Latinoamericana de Medicina, en La Habana,

Debe contarse, asimismo, el apoyo de profesores cubanos en la campaña de alfabetización con los programas: “Yo sí puedo” y “Yo sí puedo seguir”.

En la campaña para acabar con el analfabetismo en nuestro país, los bolivianos descuidamos o nada hicimos para organizar y/o educar, políticamente, a los alfabetizados para que éstos asuman tareas en la contienda liberadora en nuestro país.

El apoyo de los médicos cubanos, con respaldo económico del pueblo venezolano, debió ser un buen comienzo de una reforma del servicio de salud en Bolivia, sin embargo, no fue así.

Hace falta informar más y mejor, así como analizar para defender el apoyo cubano a los bolivianos, para contrarrestar las ligerezas de los actuales gobernantes que han desahuciado aquella cooperación como consecuencia de, probablemente, una imposición de la Embajada de Estados Unidos en La Paz y/o como una burda imitación de lo que hizo el gobierno de Bolsonaro en Brasil, que anuló contratos de trabajo con médicos, con pretextos utilizados por el gobierno de Áñez.

Los médicos cubanos en Bolivia compartían una parte de sus sueldos con el Estado, el gobierno y el pueblo caribeño, lo cual no harían los médicos bolivianos. Áñez ha dicho que por ese concepto la Embajada de Cuba en Bolivia recibió dinero. Lo que para los cubanos es un aporte a su pueblo, para los actuales gobernantes bolivianos es castigable.

Desde las páginas de esta publicación virtual informaremos, en la medida que nos sea posible, sobre la hermandad y la solidaridad de nuestros pueblos boliviano y cubano.

Asimismo, en estas páginas se mostrará que la hermandad y la solidaridad entre los pueblos boliviano y cubano es irrompible.

Importa la suspensión de las relaciones diplomáticas del gobierno de Áñez, con la Isla redimida, pero muy por encima de esa suspensión están las relaciones entre bolivianos y cubanos, del pueblo, que compartimos la senda de la lucha liberadora dentro de nuestros territorios y por la segunda y definitiva independencia de Nuestra América (Martí) o de la Patria Grande (Bolívar).

Debe quedar muy claro para los demócratas en el gobierno boliviano, así como para sus aliados, que los amigos y los compañeros de la Revolución Cubana mantendremos y/o abriremos nuevas trincheras para luchar, otra vez, para que se restablezcan las relaciones diplomáticas entre Bolivia y Cuba.

En el pueblo explotado y oprimido de Bolivia tenemos la certeza de que tendrá vida corta la ruptura de las relaciones diplomáticas Bolivia-Cuba por la decisión de gobernantes que evidencian desconocer que las relaciones entre los pueblos y países boliviano y cubano se han construido en medio de acciones por la liberación, por eso son irrompibles.

Generaciones de bolivianos aprendimos y seguimos aprendiendo de la acción antiimperialista y revolucionaria de los cubanos, porque Cuba socialista sigue siendo el destacamento antiimperialista y revolucionario invencible.

Y en Bolivia, vivimos, trabajamos y batallamos los que defendemos a la Revolución Cubana porque es nuestra”, como difundió el semanario Aquí, en ocasión de la visita del Comandante Fidel a nuestro país.

Asimismo, porque es verdad que también en Bolivia, como lo hizo Martí, desde Cuba, hemos echado nuestra suerte por los pobres de la tierra, con los que continuamos la lucha sin descanso para que Bolivia sea enteramente libre y para que nunca sea una colonia.

 *Periodista

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