Cultura

Nataniel Aguirre: entrevista post prozac

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arte y literatura

Mauricio Rodríguez Medrano

Mirada penetrante: ojos cafés oscuros. Patillas largas a lo Jim Morrison (en la foto del disco: An American Prayer). Nataniel Aguirre es más abogado que escritor. Es más diplomático-político que historiador. Confiesa que le cuesta dormir desde el final de la Guerra del Pacífico. Como Macbeth. Como el personaje de Taxi driver. A veces cuando duerme es héroe. A veces es un traidor. Y aún siente el sabor de la derrota, que es el sabor del miedo y del horror.

PERIODISTA. La Guerra del Pacífico es una herida.

NATANIEL AGUIRRE. Abierta y con pus. Es una agonía permanente.

P. ¿Nuestra culpa?

NA. ¿Quién tiene la culpa en una guerra?

P. El que atacó primero.

NA. Y el que no supo defenderse después. Y el que no participó. Y el que perdió el territorio. Y el que firmó un tratado de paz. Y el que es inocente. Y el que murió en un desierto que se lo tragó todo, hasta los recuerdos. Pero como soy boliviano te diré: los infaustos chilenos. Los cobardes chilenos.

P. Escribe acerca de la cobardía en Juan de la Rosa. También del valor. Pero no la cobardía de los chilenos sino de los españoles.

NA. ¿Quién te dijo que soy el autor?

P. La tradición… Se asume que usted escribió Juan de la Rosa.

NA. Digamos que soy el autor. Y no son memorias de un soldado de la independencia. Yo no escribo melodramas. Al menos asumamos que tengo un poco de decencia.

P. Entonces concordamos que es una mala novela.

NA. Con uno de los peores inicios de la historia de la literatura: «Rosita, la Linda Encajera, cuya memoria conservan algunos ancianos de la villa de Oropesa…» La novela boliviana no puede nacer con una madre encajera. La novela boliviana debería ser huérfana. Debería ser ilegítima. Debería ser abandonada en los basurales. Debería ser épica. Debería ser trágica. Debería ser parricida. Debería ser humorística: más irónica que satírica.

P. ¿Y cómo memorias? Asumamos que fue escrita por un soldado de la independencia (la segunda teoría). Un soldado desconocido que sobrevivió a la muerte.

NA. Nadie sobrevive a la muerte. Nadie regresa de la muerte. Que eso quede claro. Como memoria es historia. Y eso debe interesar a los historiadores. Como memoria está incompleta: faltan tres tomos. Eso debe angustiar a los historiadores. Algo interesante: este libro se convirtió en una fábrica de mitos. Y a los historiadores les interesan los mitos que crean héroes. Como memoria es un libro que hace lo que no pudieron hacer los historiadores: sostener a la patria.

P. Por ejemplo el mito de las mujeres que lucharon en la Coronilla.

NA. Exacto. En la historia de Bolivia es un hecho importante. Pero es algo falso. Nunca ocurrió. La historia funda sus bases sobre la mentira. La literatura funda sus bases sobre el horror. El miedo. El vacío. Un escritor debe saberlo. Es triste pero cierto. Este libro nos define: somos el fracaso incompleto de una nación que no debió nacer. Pero somos un fracaso que lucha, que ríe, que baila en la derrota. No tenemos miedo de perder. Aunque una victoria de vez en cuando no está mal.  

P. Nataniel Aguirre entonces también es un mito.

NA. Me hice historia. Me hice calle de alguna ciudad. Sería mejor ser olvido.

P. ¿Ser olvido en sus tierras?

NA. Ser olvido en el desierto de Calama. Caminar sin rumbo fijo. Hundir los pies en la arena que ahora no nos pertenece. Levantar los brazos hacia el cielo. Llorar frente al mar. Jurar venganza. Y desaparecer.