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Mujeres universitarias que trabajan merecen respeto

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tribuna

Julián Alcoba Apaza

A propósito del día internacional de la mujer, 8 de marzo, hacemos la respectiva conmemoración a las mujeres bolivianas y, en especial, a las estudiantes universitarias trabajadoras de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). La Organización de Naciones Unidas (ONU) oficializó, en 1975, el “Día Internacional de la Mujer” por las luchas que se realizaron en distintos periodos, por ejemplo la más “conocida”: 1911.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la ONU son los siguientes hitos históricos que se recuerda este día:

En 1909 (el 28 de febrero se declaró el primer Día Nacional de la Mujer organizado por una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos); en 1910 (en la segunda conferencia internacional de mujeres socialistas cientos y cientos de mujeres decidieron organizar para cada año una jornada de la mujer para reforzar su lucha por obtener el derecho al voto universal); en 1911 (el 25 de marzo, más de 140 jóvenes trabajadoras que en su mayoría eran de judías e italianas de origen, murieron en un incendio en la fábrica Triangle en Nueva York: exigían derechos laborales, políticos y sociales); de 1913 a 1914 (mujeres de Rusia salieron a las calles realizando mítines en pro de la paz y, por ello, el último domingo de febrero organizaron reuniones clandestinas y celebraron el primer Día Internacional de la Mujer); en 1915 (se realizó, el 15 de abril en La Haya-Holanda, una reunión de mujeres, participaron más de 13000 mujeres de 12 países); y en 1917 (a consecuencia de la muerte de soldados rusos que, aproximadamente, fueron 2 millones, las mujeres se declararon en huelga y protestaron el 8 de marzo o según el calendario juliano usado en Rusia: 23 de febrero).

Bolivia

En Bolivia el hito más importante que marcó como inclusión hacia las mujeres (juntamente con las personas que no podían escribir y leer) fue con el voto universal en la revolución nacional de 1952 (decretado el 21 de julio, para ser precisos). Excepto en los años 40 cuando las mujeres sí pudieron votar pero eran en las elecciones municipales.

Otro hito que se rescata y se debe, por tanto, dar énfasis, también, es en la llamada revolución universitaria de 1970, en la UMSA. Encontramos a una estudiante universitaria como Silvia Rivera Cusicanqui, que integraba el Centro de Estudiantes de la entonces Facultad de Sociología, y formaba parte del Comité Central Revolucionario y, a la par, había entre estudiantes un grado de conciencia histórica por la realidad boliviana; y otros momentos no menos importantes que mencionar.

Pero, ahora, según lo que conocemos, adentrémonos a las estudiantes de la Universidad Mayor de San Andrés.

Por un lado, las estudiantes universitarias que trabajan medio tiempo o tiempo completo (y más aún si tienen familia y a la vez estudian) se merecen especial respeto. Es común escuchar en pasillos de las 54 carreras de la universidad de La Paz que hay cierta cantidad de estudiantes universitarias que se dedican a estudiar y trabajar; o bien trabajan medio tiempo o tiempo completo y, a consecuencia de ello, estudian en las noches.

Aquí se puede constatar dos aspectos. Uno, las universitarias que trabajan y estudian realizan doble esfuerzo (realizan una determinada fuerza de trabajo y gastan más energías y/o sienten más cansancio en el momento de pasar clases) de las que solamente estudian. Dos, las universitarias y que son además trabajadoras, en mayor o menor grado, rinden un poco más en clases de las que no trabajan y solo estudian, relativamente. Y esto se complementaría con las estudiantes trabajadoras que tienen familia (y, además, que rinden académicamente).

Al respecto de lo mencionado de las mujeres (universitarias) trabajadoras, Alejandra Kollontai menciona lo siguiente: “Las feministas burguesas demandan la igualdad de derechos siempre y en cualquier lugar. Las mujeres (universitarias, añadimos) trabajadoras (sobre esto) responden: (nosotras) demandamos derechos para todos los ciudadanos, hombres y mujeres, pero nosotras no solo somos mujeres y trabajadoras, también somos madres. Y como madres, como mujeres que tendremos hijos en el futuro, demandamos un cuidado especial del gobierno, protección especial del estado y de la sociedad”. (Extraído de “La Mujer ante el desarrollo social”, de 1909).

De lo mencionado anteriormente hay cierta relación. Las condiciones sociales y económicas con que se enfrentan las universitarias trabajadoras es importante rescatar. Sin embargo, esto no significa que la universitaria que únicamente estudia no “aporte” o se dedique solo de su formación académica en sus respectivas carreras, sino ellas son valiosas para alcanzar una sociedad mejor que ésta, aparte de producir conocimiento propio, autoformarse, etc., etc. Las universitarias trabajadoras y no trabajadoras forman uno de los pilares fundamentales de la sociedad (juntamente con las mujeres de Bolivia) que es en primera y en última instancia luchar por la emancipación femenina. O dicho de otro modo: luchar por la equiparación social de la mujer (a lado de los desposeídos).

¡Por las mujeres preocupadas por la familia, el trabajo, el estudio y el cambio de un sistema a otro!

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